La contaminación urbana, y en concreto, la contaminación atmosférica, afecta a la práctica totalidad de las ciudades.
Es el resultado no deseado del crecimiento de nuestras urbes y de las actividades industriales que mueven nuestra economía. En definitiva, de nuestro día a día, una consecuencia con connotaciones negativas sobre el medioambiente y nuestra salud.
Por eso creemos interesante desarrollar esta guía sobre la contaminación del aire en las ciudades.
Al fin y al cabo, la mejor forma de hacer frente a un problema siempre es conocerlo en profundidad, saber de dónde surge y, lo más importante, qué soluciones podemos desplegar para resolverlo o, al menos, minimizar sus efectos.
¿Qué es la contaminación urbana?
La contaminación urbana hace referencia a la presencia de sustancias o formas de energía (el ruido, por ejemplo) que pueden generar riesgos o molestias sobre los seres vivos o elementos materiales.
El suelo, los recursos hídricos o el aire que respiramos son medios receptores de estos agentes contaminantes. Y la calidad del aire en zonas urbanas puede condicionar su viabilidad para satisfacer las necesidades humanas.
No obstante, el presente artículo se centra en la contaminación atmosférica, un problema que, según datos de la OMS, experimentan 9 de cada 10 personas en el planeta.
Impacto medioambiental
Los agentes contaminantes que condicionan la calidad del aire en zonas urbanas también tienen un efecto negativo sobre los ecosistemas.
Más allá de los vertidos directos que pueda sufrir el entorno natural, se ha comprobado que gases como el ozono troposférico u “ozono malo” reducen el crecimiento de las plantas. Una consecuencia directa de este efecto podría ser, por ejemplo, la disminución en el rendimiento de las cosechas.
Otras sustancias como los óxidos de nitrógeno (NOx) o el amoniaco (NH3) también se depositan en el suelo. Este mecanismo puede, por ejemplo, alterar el funcionamiento normal de los ecosistemas naturales, cambiando la composición química del suelo. En el caso de los recursos hídricos, un incremento en la concentración de nitrógeno puede llevar a un mayor riesgo de eutrofización.
Consecuencias sobre la salud pública
El 99 % de la población mundial vive en lugares donde se exceden los límites recomendados por la OMS. La consecuencia más trágica, las muertes prematuras que ocasiona la combinación de la contaminación interior y exterior, estimadas en más de 6 millones de personas al año.
¿Cómo se materializa el impacto de la contaminación en grandes ciudades sobre la salud humana? De forma simple, podríamos distinguir:
- Contaminación acústica: además de una posible pérdida de audición, una exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede generar problemas de sueño y rendimiento escolar o laboral, pudiendo incluso ocasionar problemas cardiovasculares.
- Contaminación del aire por presencia de gases y partículas en suspensiónLas partículas en suspensión son elementos microscópicos que flotan en el aire, compuestos por sustancias sólidas y líquidas. Poseen una gran variedad...
Leer más: a diferencia de la contaminación por ruido, este ámbito ha recibido una mayor atención, con decenas de ensayos clínicos y estudios que detallan múltiples efectos sobre el sistema respiratorio y cardiovascular.
Causas de la contaminación en grandes ciudades
Existen múltiples fuentes, en su mayoría de origen antropogénico, que contribuyen a contaminar el aire de nuestras ciudades. En los siguientes epígrafes recogemos algunas de las principales.
Emisiones procedentes del tráfico de vehículos
Los vehículos que cada día circulan por las ciudades son una de las principales fuentes de contaminación.
En el caso de Europa, se estima que el transporte por carretera genera casi el 40 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno.
El tráfico también es una fuente significativa de partículas PM10 y PM2.5 y plomo.
Consumo de energía
El consumo de energía en viviendas, comercios y edificios administrativos genera un gran volumen de partículas en suspensión. Esta actividad estaría detrás de casi el 60 % de las partículas PM2.5.
El sector residencial, comercial e institucional también es una de las principales fuentes de monóxido de carbono (CO) y carbono negro.
Zonas industriales
Gran parte de las ciudades se encuentran rodeadas por zonas industriales. Estas áreas concentran empresas más o menos contaminantes que también contribuyen a deteriorar la calidad del aire en zonas urbanas.
Además de los gases que genera la quema de combustibles fósiles, la industria es responsable de liberar metales pesados tales como el níquel y el arsénico.
Tipos de contaminantes urbanos
Aunque a lo largo del artículo hemos mencionado algunos de los agentes contaminantes más relevantes, resulta oportuno incidir sobre ellos.
Partículas en suspensión PM10 y PM2.5
Las partículas en suspensión PM10 y PM2.5 se denominan así por su tamaño. Se considera que tienen un diámetro inferior a 10 y 2,5 µm respectivamente.
Este pequeño tamaño permite que este material particulado penetre hasta lo más profundo del sistema respiratorio. Tienen capacidad para llegar incluso al torrente sanguíneo.
El material particulado se asocia a importantes efectos sobre la salud, como enfermedades respiratorias, funciones cardiovasculares y cáncer de pulmón.
Ozono (O3)
Como hemos apuntado antes, el ozono troposféricoEl ozono troposférico (O3) es un gas que está presente en la capa más baja de la atmósfera terrestre o troposfera, la que se extiende hasta los 10 kil�...
Leer más daña las plantas. Pero también es un contaminante perjudicial para la salud humana.
El ozono es un contaminante secundario. Es decir, se forma como resultado de la reacción fotoquímica entre los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánicos volátiles (COV) que desencadena la luz solar. En otras palabras, los contaminantes de los coches o las industrias se liberan a la atmósfera y mientras son transportados a tragvés de ella, se transforman generando, entre otras sustancias, ozono. El ozono da lugar al smog y dificulta la respiración.
Óxidos de azufre (SOx)
La principal fuente de óxidos de azufre es la quema de combustibles fósiles que contienen este elemento químico. Hasta la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones marítimas, los barcos eran, por ejemplo, uno de los transportes que mayor volumen de SOx generaban.
En cuanto a sus efectos, además de los problemas que ocasionan sobre el sistema respiratorio, al combinarse con agua se transforman en ácido sulfúrico, uno de los gases responsables de la lluvia ácida.
Óxidos de nitrógeno (NOx)
El nitrógeno es uno de los compuestos que forma parte de los combustibles fósiles. Su presencia en la atmósfera es, por tanto, consecuencia directa de su quema. Los vehículos con motor de combustión interna son una de las principales fuentes de óxidos de nitrógeno.
La exposición prolongada a concentraciones elevadas de NOx puede derivar en problemas pulmonares e inflamación de las vías respiratorias.
Además, el NOx contribuye a la formación de ozono troposférico.
Monóxido de carbono (CO)
El monóxido de carbono es un contaminante que destaca por su toxicidad. Incoloro, inodoro e insípido, se produce por la combustión incompleta de combustibles fósiles como la gasolina, el gas natural, el petróleo, el carbón o la madera.
Compuestos orgánicos volátiles (COV)
Los COV también se liberan al quemar combustibles fósiles. No obstante, una de las sus principales fuentes son los disolventes o las pinturas, siendo las empresas que fabrican estos productos responsables de parte de este tipo de contaminación.
Sobre el cuerpo humano causan desde problemas respiratorios hasta mareos o falta de concentración.
Al igual que los NOx, contribuyen a la formación de ozono malo.
Soluciones a la contaminación del aire en las ciudades
Solucionar o minimizar la contaminación del aire en las ciudades no es una cuestión que pueda acometerse poniendo en práctica una sola medida.
Es necesario desplegar una miríada de políticas y estrategias que incluyen, por ejemplo
- limitar el libre tránsito de los vehículos más contaminantes; delimitar zonas de bajas emisiones (ZBE);
- mejorar el funcionamiento del transporte público;
- incrementar la disponibilidad de áreas verdes que ayuden a limpiar la atmósfera;
- impulsar la generación de energía mediante fuentes limpias como el sol o el viento;
- mejorar el aislamiento de las viviendas para reducir el consumo de energía, o
- favorecer el teletrabajo para reducir los desplazamientos diarios
No obstante, todas estas medidas tienen en común la necesidad de monitorizar la calidad del aire de forma continua y en tiempo real. El éxito en la puesta en marcha de este tipo de estrategias solo será constatable si se sabe cuál es el punto de partida y cómo evoluciona la situación.
Casos de éxito
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Leer más. Nuestra disruptiva tecnología y la profesionalidad de nuestro equipo nos ha granjeado un prestigio internacional que queda patente en el éxito de nuestros proyectos, entre los que destacamos:
- La vigilancia del aire y el ruido en Albacete (España).
- La red urbana de calidad del aire de Rivas-Vaciamadrid (España).
- La red híbrida de vigilancia ambiental en zonas urbanas del área de Calais (Francia).
- La medición de contaminantes ambientales en Cartagena de Indias (Colombia)