La gente cada vez es más consciente de las consecuencias que tiene la exposición a la contaminación del aire. Así que conocer cómo es la calidad del aire alrededor de los colegios es una cuestión que preocupa a padres y madres. Al fin y al cabo, la salud de los más pequeños es una de las principales inquietudes de cualquier progenitor.
Pero en muchos casos, la única fuente de información disponible son las estaciones de las redes de monitorización oficial. No obstante, su coste y la superficie que ocupan hace inviable la creación de una red de monitorización densa que posibilite conocer las condiciones atmosféricas en el entorno de cada colegio.
La solución, confiar en innovadoras tecnologías como las que han permitido a Kunak posicionarse como referencia en sistemas de medición de la calidad del aire y proveedor destacado de medios para la monitorización de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Una monitorización de la contaminación que prioriza la calidad del dato
Franja horaria entre las 8.30 y 9.00 horas de un día laborable. El lugar, la entrada a un colegio. Decenas de padres y madres “descargan” a sus vástagos de coches al ralentí detenidos en doble fila. De fondo, el rugiente tráfico de entrada y salida de la ciudad que circula a toda velocidad.
La escena te resulta familiar, ¿verdad?
Se trata de una situación habitual que provoca que a esa hora, en casi todas las escuelas de ciudades como Madrid o Barcelona se disparen los niveles de NO2 y partículas en suspensión (PM2.5 y PM1).
No obstante, estos datos de calidad del aire se suelen obtener de las estaciones de referencia dispersas por la ciudad.
Y su número y cobertura, como comentábamos antes, puede ser insuficiente para responder a cuestiones del tipo:
- ¿cómo es la calidad del aire alrededor de los colegios, del centro educativo al que acude tu hijo o hija?;
- ¿qué impacto ocasiona la cercanía de carreteras con tráfico denso?, o
- ¿cómo se comporta la contaminación en función de las condiciones meteorológicas?
Soluciones Kunak para conocer la calidad del aire alrededor de los colegios
Son preguntas que solo pueden ser respondidas cuando las redes oficiales se complementan con estaciones basadas en sensores. Estos dispositivos, por su tamaño y facilidad de instalación, pueden acoplarse a una farola o poste próximo al centro educativo.
De esta forma, creamos redes híbridas de monitorización capaces de ofrecer información hiperlocal.
“Si padres y madres pudieran conocer la polución que respiran sus hijos a diario aumentaría la implicación de las familias” Yetta Aguado, portavoz del movimiento Revuelta Escolar en Madrid (El País, 14/04/2022)
Estas soluciones, además, no solo nos permiten visualizar las condiciones en el exterior de las escuelas. En cierta forma, también complementan las lecturas que puedan hacer los aparatos de medición de la calidad interior, popularizados a raíz de la pandemia. No en vano, la contaminación exterior termina penetrando en el interior de las aulas.
Durante los últimos años, en Kunak hemos acometido diversos proyectos de monitorización de la calidad del aire alrededor de los colegios. Así, hemos dado respuesta tanto a inquietudes planteadas por los propios centros educativos, aportando igualmente tranquilidad a empresas que desarrollaban su actividad en las proximidades de colegios.
Como ejemplo del servicio que prestan nuestras soluciones, mencionar la instalación de un equipo Kunak AIR Pro en el patio de la Stjärnans förskola, un centro educativo de preescolar en la localidad de Sundsvall. Instalado por Acoem Suecia, uno de nuestros distribuidores oficiales, el objetivo es monitorizar las partículas en suspensión (PM10, PM2.5 y PM1) durante la época de deshielo. El firme de las carreteras se deteriora tras pasar meses cubierta por la nieve y la circulación de los vehículos puede hacer que se libere a la atmósfera más material particulado que podría afectar a la cercana escuela.
Pero, ¿tan preocupante es la situación?
En términos generales, podríamos decir que sí. Al fin y al cabo, la población en edad escolar está considerada como un colectivo vulnerable con respecto a la exposición prolongada a altos niveles de contaminación. Esto es así por su fisiología, estatura y actividad, factores que condicionan su ritmo respiratorio, superior al de un adulto.
La relación causa-efecto de la contaminación sobre la población infantil es bastante complicada de demostrar. Pero numerosos estudios sugieren que la contaminación del aire podría ralentizar su desarrollo cognitivo, pudiendo estar también detrás del incremento en casos de asma infantil. Así que, mientras se recaban más evidencias, conviene apelar al principio de precaución.
“No conocíamos que el problema de polución era tan elevado, porque nadie nos pasa mediciones junto a los centros, pero no nos extraña nada, porque nuestro colegio está junto a diez carriles para coches que pasan a toda velocidad, y tan solo tiene una acera estrecha” Lorena de Vega, Asociación de Padres y Madres del colegio Palacio Valdés de Madrid (El País, 13/02/2022)
¿Cómo se puede atajar el problema?
Medir la contaminación del aire es solo el primer paso para diseñar medidas que permitan mejorar la calidad del aire alrededor de los colegios. La recopilación de datos va a permitir, en este sentido, analizar de forma detenida la situación de partida de cada centro educativo y definir las medidas más apropiadas.
A partir de esa información, se pueden trazar distintas estrategias. Es indudable que una de las opciones más efectivas y contundentes es limitar la circulación en el entorno de los colegios. Este es el objetivo que persiguen, por ejemplo, las Zonas de Bajas Emisiones que entrarán en vigor en 2023 en las ciudades españolas de más de 50 000 habitantes y en aquellas de más de 20 000 con problemas de contaminación recurrente. De este modo, es previsible que los colegios que se engloban en el interior de las zonas experimentarán una clara mejoría en la calidad del aire circundante.
No obstante, también se pueden adoptar otras medidas tales como:
- Desde el ámbito familiar, apostar por trayectos a pie o en transporte público.
- Desde los ayuntamientos, aprobar restricciones horarias de la circulación en las inmediaciones de los colegios o pacificar el tráfico reduciendo la velocidad.
- Desde el ámbito de las entidades sociales y en colaboración con los gobiernos locales, impulsar campañas como las diseñadas en algunas ciudades que intentan reducir la contaminación que provocan los coches al ralentí.
Estamos, en resumen, ante un problema que quizás no está recibiendo la debida atención, pero que puede condicionar la salud de los más pequeños. Es necesario impulsar y poner en práctica acciones y estrategias orientadas a reducir el impacto de la contaminación, pero siempre partiendo de un punto común: la recopilación pormenorizada e hiperlocal de datos relacionados con la calidad del aire.