El movimiento por la justicia ambientalLa justicia ambiental en temas de calidad del aire es crucial para asegurar que todas las comunidades, especialmente aquellas en zonas de mucho tráfico y ...
Leer más es un proceso imparable en el mundo. La humanidad se defiende y alza su propia voz para mejorar y mantener un entorno sano y saludable que no ponga límites al futuro de las personas.
Si bien nuestro bienestar depende en esencia de las formas de vida que adoptemos en particular, un nuevo tipo de conciencia colectiva ha ido tomando fuerza desde los años 70 del siglo pasado gracias al reconocimiento jurídico de apelar a la equidad ambiental. Consideración que promueve el derecho básico de las personas a disfrutar y conservar un medioambiente limpio, sano y saludable. Sobre todo en aquellas comunidades en mayores condiciones de desigualdad por hallarse más próximas y expuestas a fuentes de contaminación.
La justicia ambiental defiende la equidad social y ambiental, recurriendo a las obligaciones legales. Apela a un derecho innegable para el ser humano como es el disfrutar del bien común que es el medioambiente y los servicios que nos prestan los ecosistemas. Los impactos negativos que el medioambiente sufre, como disponer de un aire en condiciones saludables, afectan directamente a numerosos grupos humanos, así como a la biodiversidad de los ecosistemas del planeta.
La justicia ambiental combina un movimiento social en curso y una normativa administrativa adoptada por los organismos gubernamentales que ha sido incorporada a la legislación. Es una herramienta vinculante, que con sus resoluciones jurídicas, basadas en el derecho ambiental a escala local, regional y global, determina aquellas injusticias contra el bien común que deben ser reparadas.
Dichas acciones contaminantes del medioambiente suponen el incumplimiento de la responsabilidad ante las obligaciones legales vigentes. Son amenazas para la salud de las personas y su entorno; así como impiden el progreso social de una manera equitativa y sostenible.
¿Qué es la justicia medioambiental?
La justicia ambiental es una herramienta legal en manos de la sociedad que busca la manera de abordar y corregir las desigualdades en la distribución de los beneficios y cargas ambientales entre diferentes grupos sociales. Este enfoque se centra en garantizar que todas las personas, independientemente de su origen étnico o factores socioeconómicos, tengan acceso equitativo a un ambiente saludable y seguro.
Emplear los derechos ambienales permite que todas las personas, independientemente de su situación socioeconómica o ubicación geográfica, se garanticen el derecho a disfrutar de un ambiente saludable y no sufran de manera desproporcionada los efectos negativos de la contaminación.
De igual manera, apelar ante una injusticia ambiental promueve la equidad, la participación comunitaria, la responsabilidad y la implementación de políticas inclusivas y justas que favorezcan un mayor bienestar tanto para las personas como para el planeta.
¿Por qué es importante la justicia ambiental?
Los litigios frente a aquellas alteraciones ambientales que perjudican las condiciones de vida de las personas aumentan día a día. Mediante tales reivindicaciones sociales se está obteniendo el reconocimiento que tiene cualquier persona o comunidad a disfrutar de un medioambiente saludable. Dichas medidas legales buscan responsabilizar a gobiernos y empresas por imposibilitar derechos humanos básicos como respirar un aire limpio.
La justicia ambiental se basa en el principio rector de que todas las personas tienen derecho a la protección contra los daños y riesgos ambientales. Cada país y región tiene sus propias leyes y normativas para garantizar a la ciudadanía un entorno más limpio y saludable. Se concibe como “una reivindicación social, un nuevo paradigma que da certeza y equilibrio sobre la distribución de las implicaciones ambientales positivas o negativas en un territorio determinado.” (Ramírez S., et al., 2015).
Principios y objetivos de la justicia ambiental
Los derechos humanos tienen un gran aliado en la equidad ambiental ya que cualquier persona, independientemente de su clase social, género, etnia o ubicación geográfica, debe disponer de un acceso equitativo a los beneficios de vivir y trabajar en entornos saludables.
Entre los derechos al bien común que supone acceder a los recursos naturales más fundamentales se halla el de disfrutar un aire limpio, ya que su libre disposición garantiza la salud y el bienestar de las personas y sus comunidades.
Los principios esenciales que promueven una sostenibilidad social que elimine las injusticias ambientales se basan en:
Equidad ambiental
Es el principio sobre el que se sustentan los derechos ambientales. Su disposición exige que ninguna comunidad, especialmente las más vulnerables o marginadas, se vean afectadas de una manera grave por la contaminación del aire. Es un racismo ambiental ya que los derechos humanos sostienen que la carga de los riesgos ambientales debe distribuirse de manera justa y que los beneficios ambientales, como respirar un aire limpio, deben estar al alcance de todos.
Participación inclusiva
La participación activa de las comunidades en los procesos de toma de decisiones que afectan a su entorno es imprescindible para no cometer una injusticia ambiental. Incluidos aquellos efectos de la contaminación ambiental que no conocen fronteras como las alteraciones de la calidad del aire.
Las comunidades tienen el derecho jurídico a ser consultadas. De igual manera deben tener acceso y transparencia para consultar la información de una forma clara para conocer los riesgos ambientales a los que están expuestas y las medidas posibles a desarrollar para mitigarlos.
Prevención y precaución
El principio de precaución es una consideración crucial en la aplicación de hacer valer los derechos ambientales. En situaciones donde exista la posibilidad de dañar el medioambiente o la salud humana, se requiere tomar medidas preventivas, incluso aunque no se disponga de una certeza científica plena.
En el caso del acceso al aire limpio, este principio se aplica de manera proactiva para reducir las fuentes de contaminación atmosférica antes de que sus efectos negativos se manifiesten en las comunidades.
Responsabilidad y rendición de cuentas
La equidad ambiental establece que las instituciones públicas y las organizaciones privadas y empresariales sean responsables de los impactos ambientales que ocasionan con el desarrollo de sus actividades. Todo aquel que contribuya a la degradación del medioambiente debe asumir la responsabilidad por los daños originados y adoptar medidas de reparación o mitigación de los mismos.
El movimiento de justicia ambiental y el cambio climático
Desde que el Acuerdo de París se firmó en diciembre de 2015, se ha triplicado el número de demandas climáticas que cada año se presentan contra empresas de combustibles fósiles que, con sus emisiones, alteran la calidad del aire que respira la ciudadanía. Según ha confirmado Oil Change International, una organización de investigación, comunicación y defensa que trabaja para sacar a la luz los verdaderos costes del uso de los combustibles fósiles y facilitar la transición hacia energías limpias.
La relación entre el movimiento de justicia ambiental y el cambio climático es estrecha y, al mismo tiempo, compleja. Al igual que la equidad medioambiental se enfrenta con las desigualdades sociales provocadas por los daños ambientales, el efecto del cambio climático está amplificando las desigualdades ambientales, lo que conlleva el deterioro en las condiciones sociales de muchas personas.
Fenómenos como el aumento de las temperaturas, la creciente aparición de desastres naturales (huracanes, inundaciones, sequías, etc.) y el aumento del nivel del mar, ya están perjudicando a las comunidades más vulnerables. De igual manera, estas poblaciones, que normalmente viven en zonas más propensas a sufrir estos impactos o no disponen de infraestructuras protectoras, poseen una menor resiliencia o capacidad para adaptarse; así como para recuperarse ante los efectos devastadores de dichos fenómenos, lo que incrementa sus condiciones de pobreza o exclusión.
De igual manera, la brecha entre países ricos y pobres se agranda por la desigual disposición de los recursos naturales y de las tecnologías necesarias que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático.
Los acuerdos internacionales, aunque son una solución global, a menudo no disponen de mecanismos de financiación o suficiente transferencia tecnológica con la que apoyar a los países más vulnerables ante el cambio climático. Son acuerdos que dependen casi exclusivamente de la voluntad de compromiso y responsabilidad de los países firmantes.
Los intereses económicos del ámbito industrial y las grandes corporaciones suelen prevalecer ante los problemas ambientales. Si bien ejercen fuertes presiones sobre los gobiernos para relajar las normativas ambientales, son necesarias políticas más estrictas como las que defiende la justicia ambiental. Su misión es la de defender, además del medioambiente en general, la dimensión social de la población más vulnerable ante la injusticia de un cambio global al que no ha contribuido. A ello se ha de sumar una especial atención hacia la calidad del aire, porque su empeoramiento es una de las principales causas de mortalidad a nivel global.
Impacto en poblaciones y comunidades vulnerables
Aquellas comunidades de bajos ingresos y las minorías étnicas son, a menudo, las más expuestas a los contaminantes ambientales. A su vez, viven en entornos donde no disponen de espacios verdes y un acceso garantizado a recursos naturales básicos como el agua limpia. Esto subraya la importancia de la equidad ambiental, que pretende asegurar que todas las personas tengan las mismas oportunidades de disfrutar de un entorno saludable.
La equidad medioambiental no solo se enfoca en la prevención del daño ambiental, sino también en la reparación de los daños ya causados, garantizando que las comunidades afectadas reciban la compensación y el apoyo necesarios para recuperarse y disponer de un entorno saludable.
Estas comunidades expuestas a los riesgos ambientales por vivir en las proximidades de plantas industriales, vertederos o zonas urbanas con una alta densidad de población desarrollan tasas más altas de incidencia de enfermedades respiratorias por exposición a contaminantes presentes en el aire. Su deterioro de salud es causado principalmente por la exposición a partículas finas (PM2.5 y PM10), dióxido de azufreEl dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro de aroma penetrante y que produce una sensación irritante similar a cuando falta el aire para respirar. Su ...
Leer más, óxidos de nitrógeno y ozono.
Contaminantes cuya presencia contribuye a incrementar el asma, bronquitis, enfermedades pulmonares crónicas y afecciones cardíacas. Las sufren primordialmente la población más vulnerable como la infancia, mujeres embarazadas y personas de edad avanzada. En los niños y niñas se ha confirmado que incrementan la mortalidad infantil incidiendo a su vez en el desarrollo de problemas cognitivos y en el deterioro de su desarrollo neurológico.
Ejemplos de injusticia medioambiental
Lamentablemente ya son muchas las situaciones ambientales, en diferentes lugares del mundo, en que las comunidades han tenido que recurrir a la justicia ambiental para reclamar su derecho a disponer de un medioambiente saludable.
Algunos de los ejemplos más relevantes de litigios por la sostenibilidad social a nivel mundial son:
Extracción petrolífera en la Amazonía ecuatoriana
Los residuos vertidos por la petrolera Texaco (adquirida con posterioridad por Chevron) en la Amazonía ecuatoriana, entre los años 1964 y 1992, generaron la contaminación del suelo, aire y agua en una extensa área selvática. Su alteración ambiental la sufrieron las comunidades indígenas y campesinas, en modo de afecciones respiratorias y otras enfermedades cardiopulmonares. Estas mismas demandaron en 1993 por la violación de su derecho a vivir en un ambiente sano.
A pesar de las evidencias de la demanda conocida como el «Chernóbil de la Amazonía», ha sido uno de los litigios más prolongados y emblemáticos de la justicia ambiental en América Latina; y aún sigue abierto.
Refinería de petróleo en Richmond, California
Las emisiones de una gran refinería operada por Chevron desde comienzos del siglo XX, en la ciudad californiana de Richmond, son las causantes de graves problemas de contaminación del aire. Originan una alta incidencia de enfermedades respiratorias en la población local; padecidas mayoritariamente por las comunidades con menos recursos (afroamericana y latina) que viven en las proximidades de la planta petrolífera.
La nube tóxica surgida de una explosión en la refinería, en 2012, afectando a miles de residentes, motivó que comunidades locales y grupos de defensa ambiental se unieran para demandar a la petrolera por violar las regulaciones de la calidad del aire. Si bien, la petrolera asumió el compromiso de realizar mejoras en la refinería que redujesen sus emisiones tóxicas a la atmósfera, los conflictos continúan en la actualidad.
Ciudad minera en los Andes peruanos
La injusticia ambiental ha servido para lograr, en el año 2020, el reconocimiento ante la violación del gobierno del Perú de los derechos de los habitantes de La Oroya, comunidad andina considerada uno de los lugares más contaminados del planeta. Polución procedente de la actividad minera en sus inmediaciones que altera la calidad del aire por la emisión de metales como el plomo, arsénico y cadmio. Sus partículas son transportadas por el aire y se depositan en altas concentraciones en espacios al aire libre como parques, calles y zonas de juego de los colegios, siendo por tanto los niños y niñas los más afectados por su ingestión.
“La decisión de la Corte Interamericana es la sentencia más sólida y completa de cualquier tribunal regional de derechos humanos hasta la fecha. No sólo proporciona la justicia ambiental que tanto se necesitaba para el pueblo de La Oroya en Perú, sino que también establece un precedente vital que será utilizado por ciudadanos, comunidades, tribunales y defensores de los derechos humanos ambientales preocupados en todo el mundo”. David Boyd, relator especial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente.
Calidad del aire en Nueva Delhi
En la capital federal de la India se respira una de las peores calidades del aire del mundo. Su situación procede de la combinación de factores como las quemas agrícolas, el tráfico, la elevada industrialización y las emisiones de las centrales térmicas. La contaminación del aire ha generado una crisis de salud pública en la que millones de personas viven cada día expuestas a niveles peligrosos de partículas finas (PM2.5 y PM10).
Está fue la razón por la que la ONG Environmental Pollution (Prevention and Control) Authority y una representación de la ciudadanía presentaran una demanda en 2015. Exigían medidas inmediatas para reducir la contaminación del aire y proteger la salud de los ciudadanos. La demanda incluyó peticiones para cerrar plantas industriales, reducir el uso de vehículos privados y detener la quema de cultivos.
Si bien la Corte Suprema de India obligó a implementar medidas como la prohibición de vehículos diésel antiguos, la promoción de combustibles más limpios y la restricción de las quemas agrícolas, la contaminación sigue siendo un problema crónico en Delhi, y las comunidades continúan presionando para la adopción de soluciones más eficaces.
Contaminación química en Ontario, Canadá
La ciudad canadiense de Sarnia acoge una de las mayores concentraciones de instalaciones petroquímicas de América del Norte, por lo que es conocida como el «Chemical Valley». La contaminación del aire en esta región ha sido un problema grave durante décadas, afectando principalmente a las comunidades indígenas Aamjiwnaang, cuyos residentes sufren altas tasas de asma y otros problemas respiratorios debido a su exposición continuada a los contaminantes atmosféricosLa contaminación atmosférica representa uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo. En el aire que respiramos se encuentran diversas sust...
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En 2011, las comunidades indígenas apoyadas por organizaciones ambientales, presentaron una demanda contra las industrias y el gobierno de Ontario por la violación de sus derechos a disponer de un ambiente limpio y seguro para su salud. El caso puso de relieve las disparidades en la distribución de la contaminación del aire y la falta de protección para las poblaciones más vulnerables.
El fallo obligó a intensificar la vigilancia de la calidad del aire en la región; así como se implementaron medidas para reducir las emisiones industriales. Sin embargo, las comunidades indígenas continúan exigiendo una solución a largo plazo y mayores regulaciones.
En conclusión, si bien algunos casos de litigios ambientales han logrado avances extraordinarios para la defensa del bien común que es el medioambiente, otros reflejan la dificultad de implementar cambios estructurales a largo plazo. No obstante, la equidad ambiental sigue siendo un frente de lucha importante para garantizar el derecho de todas las personas a disfrutar de un ambiente saludable.
Desafíos y limitaciones de la justicia ambiental
El derecho ambiental es el fundamento sobre el que se asienta la promoción de la justicia ambiental. A través de leyes y regulaciones, se establecen normas con cuya aplicación se busca prevenir el daño ambiental y, de este modo, proteger los recursos naturales. Son decisiones que, tomadas en el ámbito jurídico respecto al medioambiente, resultan esenciales para garantizar que las actividades humanas no perjudiquen al entorno y con ello salvaguardar la salud de las personas y el buen estado de los ecosistemas y sus hábitats.
Sin embargo, la implementación de estas leyes y regulaciones no siempre se hace de una forma equitativa, lo que puede inducir a situaciones de manifiesta injusticia ambiental.
La justicia ambiental enfrenta varios desafíos y limitaciones que complican la consecución de sus objetivos básicos. A continuación, se destacan algunos de los principales problemas:
Desigualdad social y económica
Las comunidades marginadas y de bajos ingresos son las más vulnerables ante los impactos de la degradación ambiental, como la contaminación del aire. Esto ocurre porque suelen ubicarse en las proximidades de fábricas, carreteras y vertederos, áreas donde los niveles de contaminación tienden a ser más altos.
La escasez de recursos económicos y el acceso al poder político de estas comunidades limita su capacidad para exigir una mejor calidad ambiental. Además, la priorización de intereses económicos por encima de la salud pública de muchas políticas gubernamentales perpetúa e incluso incrementa dichas desigualdades.
Acceso desigual a la información
Para la justicia ambiental, el acceso a la información de manera precisa y transparente sobre los riesgos ambientales y la calidad del aire no siempre es equitativo. En muchas regiones, las comunidades más afectadas no tienen la educación o los recursos socioeconómicos necesarios para acceder y comprender el alcance de los problemas ambientales a los que se enfrentan.
Además de no disponer de la información imprescindible tampoco disponen de medios para conocer la legislación aplicable y las vías legales para reclamar la justicia ambiental con la que promover acciones que solucionen su situación de riesgo ambiental.
Ausencia de participación en las decisiones
Las decisiones sobre las políticas ambientales, usos del suelo o la ubicación de instalaciones industriales a menudo se toman sin haberse realizado una consulta adecuada entre las comunidades locales, especialmente las más vulnerables.
La exclusión de las voces de las comunidades afectadas en los procesos de planificación y toma de decisiones es una barrera significativa para alcanzar la justicia ambiental. Sin representación adecuada, las políticas pueden favorecer a los actores económicos en detrimento de las comunidades locales, de esta manera se contribuye a agravar las desigualdades y con ello la exposición a los riesgos ambientales.
Fallos en aplicar leyes y normativas ambientales
Si bien muchos países cuentan con leyes y regulaciones ambientales, estas no siempre son aplicadas de manera eficaz. Sin una implementación efectiva de las políticas de protección ambiental, aquellos que contaminan no sufren las consecuencias jurídicas de sus acciones nocivas para el medioambiente.
Desigualdad intergeneracional
Muchos jóvenes con sus apelaciones a la justicia ambiental están poniendo de manifiesto que las generaciones futuras no tienen voz en las decisiones ambientales que se toman en la actualidad. Sin embargo, estas generaciones serán las más afectadas por los problemas ambientales derivados de la contaminación actual, como el deterioro en la calidad del aire y los efectos del cambio climático.
Un legado para las generaciones futuras que ya está manifestándose como un grave problema ambiental originado por las políticas de visión a corto plazo, actualmente implantadas, y que priorizan el desarrollo y crecimiento económico sobre la sostenibilidad.
Demostrar la causalidad de los daños ambientales
En muchas situaciones resulta dificultoso probar los daños que la contaminación causa en el medioambiente y la salud de las personas y los ecosistemas. A esta complicada situación se suman los efectos a largo plazo donde se involucran diversas fuentes de contaminación y el tiempo en que los daños a las comunidades tardan en manifestarse para resultar una prueba admitida en un tribunal de justicia.
En resumen, la justicia medioambiental es una herramienta fundamental para alcanzar una sociedad más equitativa y sostenible; no solo se centra en la protección del medioambiente, sino que también aboga por la equidad en el acceso a los recursos naturales y a la justicia social. No obstante, se enfrenta a múltiples desafíos y limitaciones que están interconectados y que solo podrán salvarse si se fortalecen los marcos legales, la participación social y el fomento de una mayor conciencia del estrecho vínculo entre medioambiente y derechos humanos.
¿Cómo Kunak apoya y mejora la justicia ambiental?
Para fortalecer la justicia ambiental, una empresa tecnológica especializada en soluciones de monitorización ambiental como Kunak Technologies, aporta herramientas que permiten medir y gestionar la calidad del aire de manera precisa y accesible. Es una manera de favorecer la equidad al contribuir a que disminuyan las desigualdades ambientales y, al mismo tiempo, sociales, gracias al bajo coste de los sensores de calidad de aire empleados en las estaciones de monitoreo.
El aporte a la justicia ambiental de Kunak se fundamenta en principios ligados a la justicia ambiental:
Monitoreo de la calidad del aire en tiempo real
Con estaciones de monitoreo portátiles que pueden instalarse en múltiples ubicaciones, incluidas las zonas más remotas e inaccesibles como los océanos y los volcanes, es posible conocer con precisión los niveles de contaminación y sus fuentes. Paso fundamental para identificar desigualdades en la exposición a contaminantes. Las comunidades vulnerables, que a menudo carecen de información sobre la calidad del aire, pueden utilizar estos datos para exigir medidas correctivas o políticas más justas a través de la justicia ambiental.
Acceso a datos ambientales
La tecnología Kunak democratiza el acceso a información ambiental precisa y en tiempo real. De esta manera, las comunidades afectadas, organizaciones no gubernamentales y gobiernos locales puedan tomar decisiones informadas basadas en la evidencia que se sustenta en el análisis de los datos recopilados. Esto resulta especialmente valioso en áreas donde la infraestructura de monitoreo no existía previamente o en aquellas que tenían dificultad para conseguirla, como las regiones marginadas o las comunidades con menos recursos.
Tal y como ocurrió en Córdoba (Colombia), en las aldeas situadas en las inmediaciones de la mina de Las Palmeras, donde la presión vecinal logró que se instalará una red de monitoreo de la calidad del aire para determinar el impacto de las operaciones mineras de extracción de carbón.
Empoderamiento social
Al ofrecer soluciones de bajo costo y fáciles de implementar, Kunak facilita a cualquier comunidad recopilar sus propios datos de calidad del aire. Esto reduce la dependencia de las autoridades locales o grandes entidades corporativas, empoderando a los ciudadanos para que emprendan medidas y aboguen por su derecho a vivir en un entorno saludable.
Detección temprana de riesgos ambientales
La detección temprana de eventos críticos en el medioambiente, como niveles elevados de contaminación del aire que pueden generar riesgos inmediatos para la salud pública, facilita la implementación de medidas preventivas o correctivas de forma rápida, al disponer de una tecnología que activa alertas en tiempo real.
Transparencia y rendición de cuentas
El reconocimiento internacional y los criterios de homologación de los cartuchos inteligentes Kunak proporcionan un control de las mediciones fiable a lo largo de todo el ciclo de vida de cada sensor; lo que hace de Kunak AIR la solución más sostenible y transparente para la gestión ambiental de la calidad del aire.
Las empresas y gobiernos que implementan estos sistemas de monitoreo no solo cumplen con regulaciones ambientales, sino que también pueden ser más responsables frente a las comunidades que exigen un entorno saludable. Esto apoya la justicia ambiental al fomentar que las instituciones sean más responsables y transparentes.
Implementación de las políticas públicas
Para abordar las causas y consecuencias de la contaminación del aire que exige la justicia ambiental, a través de la implementación de las políticas públicas, la tecnología de monitorización de la calidad del aireControlar la calidad del aire es una tarea esencial para disfrutar de unas óptimas condiciones ambientales que favorezcan un saludable desarrollo humano y...
Leer más Kunak es un aliado perfecto para el cumplimiento estricto de las regulaciones legales establecidas.
En resumen, al detectar las desigualdades sociales en la exposición a contaminantes atmosféricos, Kunak facilita acciones inmediatas y efectivas, gracias al acceso a los datos y las decisiones informadas que se pueden tomar a partir de su análisis, para mitigar los efectos de la contaminación ambiental. Reducir las emisiones de contaminantes permite cumplir con los estándares internacionales de calidad del aire que garanticen un entorno saludable a las personas.
Fuentes
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- Ramírez, S. J., Galindo, M. G., & Contreras, C. (2015). Justicia ambiental: Entre la utopía y la realidad social. Culturales, 3(1), 225-250. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-11912015000100008&lng=es&tlng=es
- Banzhaf H.S., Ma, L., and Timmins, C. Environmental Justice: Establishing Causal Relationships. Annual Review of Resource Economics Vol. 11:377-398, 2019. https://doi.org/10.1146/annurev-resource-100518-094131
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