Monitorización de olores en EDAR: cómo mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones gaseosas

24 noviembre 2025 - Actualizado 26 noviembre 2025
Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) son infraestructuras esenciales por desempeñar un papel fundamental para completar el ciclo urbano del agua_Kunak

Índice del artículo

Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) son infraestructuras esenciales por desempeñar un papel fundamental para completar el ciclo urbano del agua. Al garantizar el tratamiento adecuado y la reutilización del agua, ejercen un papel clave en la protección de los recursos hídricos y, al mismo tiempo, influyen directamente en la calidad del aireLa calidad del aire se refiere al estado del aire que respiramos y su composición en términos de contaminantes presentes en la atmósfera. Se considera b...
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Durante los procesos de tratamiento y digestión biológica que tienen lugar en sus instalaciones suelen liberarse gases como el sulfuro de hidrógeno (H2S), el amoníaco (NH3), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y los compuestos orgánicos volátiles (COV), responsables de los malos e intensos olores y de las emisiones que, una vez en el aire, se vuelven potencialmente nocivas.

Las plantas depuradoras de aguas residuales emiten casi el doble de gases de efecto invernaderoSi bien la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha ido aumentando de forma constante y acelerada en las últimas décadas, durante ...
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, como metano y óxido nitroso, de lo que se estimaba anteriormente, lo que las sitúa como una fuente importante de contaminación atmosférica y cambio climático. Este hallazgo refuerza la urgencia de implementar tecnologías avanzadas de control y monitorización de emisiones para mitigar estos impactos en la calidad del aire local y global. El Abbadi, S.H. et al. (2025).

A continuación, analizamos cómo las EDAR alteran la calidad del aire emitiendo gases y malos olores, asimismo veremos cómo implementar soluciones avanzadas de monitorización ambiental, como las desarrolladas por Kunak, permite identificar las fuentes emisoras, cuantificar y reducir los contaminantes en tiempo real.

Es el modo de desarrollar estrategias para optimizar las medidas de control y eficiencia operativa que garanticen entornos más saludables y sostenibles en los que convivir con dichas instalaciones.

La gestión adecuada de las aguas residuales es primordial para proteger la salud pública y el medioambiente.

¿Por qué las EDAR pueden afectar la calidad del aire?

Las EDAR, además de proteger los ecosistemas acuáticos, también constituyen potenciales fuentes de emisión de contaminantes atmosféricosLa contaminación del aire causada por los contaminantes atmosféricos constituye uno de los problemas ambientales más críticos y complejos a los que nos...
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. Ocurre durante el tratamiento de depuración de las aguas residuales, cuando se aplican procesos físicos, químicos y biológicos, durante las etapas de pretratamiento, decantación, aireación, digestión anaerobia y deshidratación de lodos. De este modo se eliminan sólidos en suspensión, materia orgánica, nutrientes y microorganismos y generan diferentes compuestos gaseosos que pueden afectar a la calidad del aire local.

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Las emisiones más importantes provienen de los reactores biológicos con sistemas de aireación, donde la volatilización de amoníaco (NH3)Invisible pero poderoso: el amoníaco (NH3) es un gas incoloro que, aunque se encuentra de forma natural en la atmósfera en pequeñas cantidades, puede co...
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y compuestos orgánicos volátiles (COV)Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son sustancias químicas formadas principalmente por carbono e hidrógeno, pero también pueden contener otros e...
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puede ser muy notoria. En los digestores anaerobios, la actividad microbiana genera biogás con altas concentraciones de metano (CH4)El metano, conocido químicamente como CH₄, es un gas dañino para la atmósfera y los seres vivos porque tiene gran capacidad de atrapar el calor. Es po...
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y dióxido de carbono (CO2)El dióxido de carbono (CO2) es un gas que se encuentra de manera natural en la atmósfera y desempeña un papel crucial en los procesos vitales del planet...
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, además de trazas de sulfuro de hidrógeno (H2S)El sulfuro de hidrógeno (H2S), también conocido como ácido sulfhídrico o gas de alcantarilla, es un gas inconfundible por su característico olor a hue...
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Estos gases contaminantes son los causantes de un gran impacto ambiental y sanitario, así como de la expansión de gases malolientes, como el H2S y el NH3, que no solo influyen negativamente en la calidad ambiental, sino que pueden generar problemas de corrosión en infraestructuras metálicas.

Por su parte, las zonas de deshidratación mecánica y ventilación forzada de las EDAR pueden liberar compuestos orgánicos volátiles (COV) procedentes de la degradación de detergentes, grasas y productos industriales presentes en el agua residual.

Estas emisiones en conjunto, además del impacto ambiental directo y del potencial efecto invernadero del CH4 y el CO2 que provocan, representan un desafío notable para la gestión de la calidad del aire en el entorno de las plantas de tratamiento. Si no se controlan adecuadamente mediante sistemas de captación, biofiltración, cubrición o sellado de tanques, la ventilación controlada y la monitorización continua de olores y gases, se pueden ocasionar molestias por olor, riesgos laborales y problemas de cumplimiento normativo en materia de emisiones difusas.

Principales gases y olores generados en las EDAR

Infografía sobre los procesos y gases generados por una EDAR

Infografía sobre los procesos y gases generados por una EDAR – Kunak

Procesos y gases generados por una EDAR

El tratamiento de las aguas residuales en una EDAR se compone de varias etapas, cada una compuesta de procesos específicos en los que se producen distintos gases contaminantes:

Etapa del proceso en la EDAR Gases generados Efectos sobre la salud y molestias asociadas

Tratamiento preliminar

Eliminación de residuos gruesos y materiales grandes antes del tratamiento principal.

No se generan gases significativos. Sin impacto directo sobre la salud; el riesgo principal deriva de la exposición a aerosoles o partículas físicas.

Tratamiento primario

Sedimentación de sólidos y separación de materia orgánica particulada.

  • Sulfuro de hidrógeno (H2S)
  • Metano (CH4)
  • Dióxido de carbono (CO2)
  • H2S: olor a “huevo podrido”, causa irritación ocular y respiratoria, cefaleas y efectos neurotóxicos a altas concentraciones.
  • CH4: gas inflamable y asfixiante en espacios confinados.
  • CO2: en concentraciones elevadas desplaza el oxígeno y puede causar mareos o pérdida de consciencia.

Tratamiento secundario

Procesos biológicos con microorganismos para degradar materia orgánica.

  • Sulfuro de hidrógeno (H2S)
  • Metano (CH4)
  • Dióxido de carbono (CO2)
  • Óxido nitroso (N2O)
  • H2S: tóxico y corrosivo; exposición prolongada puede dañar el sistema nervioso.
  • N2O: gas de efecto invernadero; en exposición directa causa mareos y pérdida de coordinación.
  • CH4 y CO2: contribuyen al cambio climático y a la reducción de oxígeno en interiores.

Tratamiento terciario

Eliminación de contaminantes específicos y desinfección final.

  • Cloro (Cl2)
  • Oxígeno (O2)
  • Cl2: gas irritante y corrosivo; puede provocar tos, dificultad respiratoria y daño pulmonar.
  • O2: no es tóxico, pero puede aumentar el riesgo de combustión en áreas cerradas.

Tratamiento y disposición de lodos

Gestión y estabilización de residuos sólidos generados en etapas anteriores.

  • Sulfuro de hidrógeno (H2S)
  • Amoníaco (NH3)
  • Óxidos de azufre (SOx)
  • Metano (CH4)
  • Dióxido de carbono (CO2)
  • Óxido nitroso (N2O)
  • NH3: causa irritación ocular y respiratoria, broncoespasmos y daño pulmonar irreversible.
  • SOx: pueden provocar tos, asma y enfermedades respiratorias crónicas.
  • CH4, CO2 y N2O: contribuyen al calentamiento global y desplazan el oxígeno en espacios cerrados.
  • H2S: riesgo alto de toxicidad aguda y corrosión de estructuras metálicas.

Cada fase que se desarrolla en una EDAR está diseñada para cumplir funciones específicas en la depuración de aguas residuales y está asociada a diferentes emisiones gaseosas, muchas de las cuales pueden estar relacionadas con problemas de contaminación atmosférica generados por gases y olores como los siguientes:

H2S y NH3: los gases responsables del mal olor

El sulfuro de hidrógeno (H2S) es uno de los gases más característicos y problemáticos generados en las estaciones depuradoras de aguas residuales. Se origina principalmente durante la descomposición anaerobia de la materia orgánica que contiene compuestos sulfurados; especialmente en procesos donde la oxigenación es insuficiente o en zonas con acumulación de lodos y residuos orgánicos. Debido a su alta volatilidad, el H2S se libera fácilmente al ambiente en áreas de las instalaciones como los digestores anaerobios, sistemas de almacenamiento y transporte de lodos, y en puntos de ventilación de tanques.

Lo más característico de este gas es que, a bajas concentraciones, presenta un olor muy penetrante, semejante al característico aroma a huevo podrido, lo que causa notable molestia olfativa en las zonas cercanas. Sin embargo, cuando sus concentraciones aumentan, el H2S además se convierte en un riesgo para la salud, ya que puede provocar irritación en las mucosas oculares y respiratorias, cefaleas y, en exposiciones prolongadas o si su concentración en el aire es elevada, ocasiona efectos neurotóxicos y daño sistémico severo.

En Polonia, se demostró que el 41,6 % de las solicitudes de intervención de las Inspecciones de Protección Ambiental entre 2016 y 2021 estaban relacionadas con molestias por olores. […] La identificación detallada de las sustancias causantes de las molestias por olores en las plantas de tratamiento de aguas residuales reveló que el sulfuro de hidrógeno (H2S), el amoníaco (NH3 )y los compuestos orgánicos volátiles (COV) eran las sustancias malolientes más comunes en estas instalaciones. Joanna Czarnota, J., Masłoń, A. and Pajura, R. (2023).

Los mercaptanos (CH4S), también conocidos como tioles, son compuestos orgánicos de azufre con olores muy fuertes y desagradables, comunes en las emisiones de plantas de tratamiento de aguas residuales junto con el H2S. Son responsables de olores semejantes a repollo podrido o ajo, y se consideran uno de los principales contribuyentes al mal olor en estas instalaciones junto al sulfuro de hidrógeno y otros compuestos sulfurados. Tienen un umbral de olor muy bajo, es decir que son detectables por el olfato humano a concentraciones mínimas. El manejo efectivo de los mercaptanos en las EDAR, mediante la monitorización y tratamiento adecuado, es crucial ya que pueden generar problemas de corrosión y toxicidad, además de provocar olores ofensivos y quejas vecinales.

El amoníaco (NH3) de las EDAR procede principalmente de la degradación biológica de compuestos nitrogenados presentes en las aguas residuales y lodos. Su elevada solubilidad en agua facilita su coexistencia tanto en fases líquidas como gaseosas dentro de la EDAR, con liberación al aire especialmente en procesos de aireación, almacenamiento y deshidratación de los fangos. El amoníaco es un gas incoloro pero irritante para las vías respiratorias y ojos, implicado también en la formación de partículas secundarias PM2,5, que agravan la contaminación atmosférica y ocasionan efectos adversos en las vías respiratorias. Además, sus emisiones son nocivas para la vegetación cercana, afectando a la agricultura y la biodiversidad local al provocar la eutrofización y acidificación de los suelos.

Diversos estudios han demostrado que la inhalación de amoníaco produce inflamación del tejido respiratorio y puede desencadenar broncoespasmos y daño pulmonar irreversible, siendo fundamental controlar su emisión en ambientes industriales para proteger la salud pública. US Agency for toxic substances and disease registry (ATSDR).

Las emisiones de las plantas de tratamiento de aguas residuales, además del impacto ambiental directo y del potencial efecto invernadero del CH4 y el CO2 que provocan, representan un desafío notable para la gestión de la calidad del aire en el entorno de las instalaciones_Kunak

Las emisiones de las plantas de tratamiento de aguas residuales, además del impacto ambiental directo y del potencial efecto invernadero del CH4 y el CO2 que provocan, representan un desafío notable para la gestión de la calidad del aire en el entorno de las instalaciones.

Desde el ámbito regulatorio, ambos gases están contemplados en la Directiva 2008/50/CE, que establece objetivos de calidad del aire para la protección de la salud humana y el medioambiente en la Unión Europea. Incluye límites para el SO2 (como precursor del H2S) y el NH3 con respecto a sus efectos tóxicos y en la formación de partículas en suspensión.

En España, el Real Decreto 102/2011 complementa estas directrices europeas, estableciendo valores límite para contaminantes atmosféricos, estándares de medición y programas de control específicos para reducir las emisiones en áreas industriales y urbanas, entre las que se incluyen las EDAR.

En el ámbito laboral y de seguridad industrial (EHS), la exposición al H2S es especialmente crítica. Concentraciones superiores a 10 partes por millón (ppm) se consideran peligrosas y representan un riesgo inmediato para los operarios, por lo que la norma obliga a la implantación de sistemas de ventilación que aseguren una adecuada renovación del aire en zonas de emisión, así como dispositivos de detección y alarma temprana mediante monitorización continua para evitar intoxicaciones y accidentes. Asimismo, se recomienda la formación específica del personal en protocolos de actuación ante picos de concentración y en el manejo seguro de equipos.

En definitiva, el control riguroso de las emisiones de H2S y NH3 en las estaciones depuradoras de aguas residuales no solo es esencial para minimizar las molestias y el impacto ambiental, sino que también representa un compromiso directo con la salud y la seguridad de las comunidades próximas y de los propios trabajadores.

Uno de los principales focos de preocupación en torno a estas instalaciones son las quejas vecinales derivadas de los olores desagradables y persistentes que pueden afectar la calidad de vida en zonas residenciales cercanas. Estas emisiones, aunque en ocasiones se perciban como simples molestias, pueden generar tensiones sociales, afectar la percepción pública de la gestión ambiental y desencadenar conflictos entre operadores y ciudadanía. Por ello, implementar sistemas de monitoreo continuo, adoptar tecnologías de mitigación eficaces y establecer canales de comunicación transparentes con los vecinos son medidas clave para abordar esta problemática de forma proactiva y sostenible.

Cuando se trata de mitigación de olores, la capacidad de monitorear las emisiones y apuntar a las fuentes de olores se ha vuelto primordial para desarrollar estrategias adecuadas de gestión de olores que permitan a las instalaciones preservar relaciones comunitarias críticas.

La monitorización ambiental de las EDAR favorece optimizar las medidas de control y eficiencia operativa de las instalaciones para garantizar entornos más saludables y sostenibles_Kunak

La monitorización ambiental de las EDAR favorece optimizar las medidas de control y eficiencia operativa de las instalaciones para garantizar entornos más saludables y sostenibles.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)

Son una amplia familia de sustancias cuya característica común es su alta volatilidad a temperatura ambiente, lo que les permite pasar fácilmente a fase gaseosa. En el contexto de las EDAR, estos compuestos se generan fundamentalmente por la descomposición biológica de la materia orgánica, la fermentación de lodos y el uso de diversos productos químicos durante las operaciones de limpieza y mantenimiento de las instalaciones. Entre los COV más comunes originados en estas instalaciones se encuentran los aldehídos, cetonas, alcoholes y ácidos grasos volátiles; se identifican por sus olores dulzones, rancios o incluso desagradables, lo que incrementa notoriamente las molestias odoríferas.

Además del impacto olfativo, muchos COV desempeñan un papel trascendental en la química atmosférica, pues participan activamente en reacciones fotoquímicas que favorecen la formación de ozono troposférico (O3), un contaminante secundario relevante que afecta la calidad del aire en entornos urbanos y puede ocasionar problemas de salud respiratoria. La gestión y mitigación de las emisiones de COV en las EDAR es, por tanto, indispensable para controlar los olores y minimizar los impactos ambientales más amplios relacionados con la contaminación atmosférica y la salud pública.

Las estrategias para su control suelen incluir tecnologías de captura, biofiltración y optimización de los procesos biológicos para reducir la producción y liberación de estos gases. Asimismo, la normativa ambiental vigente, tanto a nivel europeo como nacional, establece la obligatoriedad de monitorear y limitar las emisiones de COV, reconociendo su importancia como contaminantes y precursores de complejos problemas ambientales.

Gases de efecto invernadero en depuradoras

Los gases de efecto invernadero (GEI) que emiten las estaciones depuradoras de aguas residuales son uno de los aspectos más importantes a considerar en sus emisiones por su contribución al cambio climático.

Principalmente tienen lugar las emisiones de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2) que se generan durante la digestión anaerobia y los procesos de oxidación biológica de la materia orgánica contenida en las aguas residuales. Aunque parte del biogás producido en etapas como la digestión anaerobia es recuperado y aprovechado energéticamente para el autoconsumo en la planta, una fracción considerable puede liberarse inadvertidamente a la atmósfera si no se gestionan adecuadamente los sistemas de captación y almacenamiento del mismo.

Son emisiones vinculadas directamente a los objetivos de neutralidad climática y economía circular, para lo que se requiere una reducción sostenida y controlada de la huella ambiental que generan las EDAR. La política ambiental europea impulsa la optimización y modernización tecnológica de estas infraestructuras con el fin de minimizar los gases de efecto invernadero que emiten. Razón por la que, entre otras medidas, se consideran la monitorización continua, el control avanzado de los procesos biológicos y la valorización energética de los residuos orgánicos mediante digestión anaerobia y producción de biogás.

Además del metano y el dióxido de carbono, las EDAR también emiten óxido nitroso (N2O), un GEI con un potencial de calentamiento global aproximadamente 300 veces superior al del CO2, generado principalmente en fases aeróbicas y anóxicas del tratamiento biológico de las plantas de residuos. Por ello, proyectos de investigación y tecnologías emergentes se centran en ajustar la aireación y las condiciones operativas de las EDAR para reducir su producción.

En consecuencia, reducir el impacto climático de las EDAR requiere un enfoque integral que combine innovación tecnológica, eficiencia operativa y transición a modelos energéticos más sostenibles que fomenten un desarrollo ambientalmente responsable.

Los sistemas de captación, biofiltración, cubrición o sellado de tanques, la ventilación controlada y la monitorización continua de olores y gases, minimizan molestias por olor, riesgos laborales y problemas de cumplimiento normativo en materia de emisiones difusas_Kunak

Los sistemas de captación, biofiltración, cubrición o sellado de tanques, la ventilación controlada y la monitorización continua de olores y gases, minimizan molestias por olor, riesgos laborales y problemas de cumplimiento normativo en materia de emisiones difusas.

Monitorización de gases en plantas de tratamiento de aguas residuales

En la actualidad, el gran avance tecnológico que supone monitorizar contaminantes atmosféricos con sensores en tiempo real ha revolucionado la capacidad de respuesta en la detección de los gases emitidos por las plantas de tratamiento de aguas residuales, dado que permite identificar picos de concentración en un entorno inmediato, algo que no es posible con los métodos tradicionales basados en muestreos puntuales. Esta capacidad preventiva es clave para anticipar y mitigar problemas operativos o sanitarios relacionados con las emisiones gaseosas.

Las emisiones de olores provenientes de las plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR) constituyen un problema ambiental y de salud pública debido a la liberación de mezclas complejas de compuestos orgánicos volátiles, compuestos inorgánicos volátiles y compuestos volátiles de azufre. Estas emisiones no solo afectan la calidad del aire ambiental, sino que también contribuyen a quejas por molestias olfativas y riesgos potenciales para la salud en las comunidades cercanas. Toledo, M., Muñoz, R. (2025).

Por qué medir y monitorizar las emisiones

La monitorización de gases en las EDAR es esencial para una correcta gestión ambiental, operativa y de seguridad. La monitorización continua permite cumplir con la normativa vigente al asegurar que las emisiones gaseosas se mantengan dentro de los límites legales y evita conflictos con la comunidad por los olores persistentes.

Además, los datos recopilados posibilitan la optimización de procesos internos como la aireación, la aplicación de coberturas o el ajuste en el tratamiento químico, incrementando la eficiencia del sistema de depuración.

Desde el enfoque de la seguridad laboral, la detección temprana y continua de los gases tóxicos es vital para proteger a los trabajadores, permitiendo identificar concentraciones peligrosas que podrían representar riesgos inmediatos. La trazabilidad que ofrece la monitorización aplicada mediante sistemas de sensores que miden de forma continua también es crucial para mantener registros verificables que garanticen la transparencia y faciliten el seguimiento adecuado de los condicionantes ambientales.

En resumen, integrar sistemas de monitorización continua y de alta precisión representa una inversión estratégica para las EDAR, que contribuye a la sostenibilidad ambiental, el cumplimiento regulatorio y la protección de la salud pública y laboral.

La gestión de olores en las EDAR incluye acciones preventivas para evitar la formación de odorantes, la minimización del impacto y sistemas de depuración de olores al final del proceso. Cuando las acciones de prevención o minimización del impacto no son suficientes para mitigar estas emisiones, deben aplicarse tecnologías de tratamiento de olores. El carbón activado se utiliza con frecuencia, ya que puede adsorber fácilmente una amplia gama de odorantes, como compuestos orgánicos volátiles (COV), amoníaco, mercaptanos y sulfuro de hidrógeno. Lebrero et al., 2011 ; Márquez et al., 2021a , 2021b.

Los sistemas de alcantarillado son la red de tuberías que recogen y transportan aguas residuales y pluviales_Kunak

Los sistemas de alcantarillado son la red de tuberías que recogen y transportan aguas residuales y pluviales.

Tecnologías disponibles

Las tecnologías disponibles para la monitorización de gases en las plantas de tratamiento de aguas residuales han evolucionado significativamente en los últimos años. Tradicionalmente, la medición de olores y gases se realizaba mediante métodos como la olfatometría dinámica, tubos pasivos o muestreos manuales con análisis en laboratorio, que, aunque precisos, solo permiten realizar campañas puntuales sin ofrecer un seguimiento continuo.

En la actualidad, la monitorización inteligente y continua con sensores multiparámetro representa un avance fundamental, proporcionando datos en tiempo real que se integran en plataformas digitales para análisis, generación de alertas y modelización. Estos sistemas combinan tecnologías electroquímicas, sensores ópticos y NDIR (infrarrojos no dispersivos), lo que les confiere alta resolución temporal y una intervención mínima por parte del operador.

Los analizadores de gases son herramientas indispensables para la gestión moderna de aguas residuales. No solo protegen al personal y al medio ambiente, sino que también mejoran el rendimiento de la planta. Elegir el sistema adecuado favorece el cumplimiento normativo, mejora la seguridad y aumenta la rentabilidad a largo plazo.

Por ejemplo, los analizadores de gases basados en NDIR y otras tecnologías similares son ideales para detectar metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2) en digestores anaeróbicos, mientras que los sensores electroquímicos complementan la detección de gases tóxicos como el sulfuro de hidrógeno (H2S) y el amoníaco (NH3). Algunos equipos avanzados utilizan espectroscopía láser de diodo sintonizable (TDLAS) para medir el amoníaco con alta precisión y, en Kunak, también empleamos esta técnica para detectar el metano, incluso en ambientes con alta humedad, que son muy comunes en las EDAR. Además, existen tecnologías portátiles como los analizadores FTIR y UV-DOAS para mediciones multifrecuencia y multicomponente en campo.

Estas tecnologías están diseñadas para ambientes hostiles propios de las depuradoras, ofreciendo robustez contra la corrosión, humedad y partículas en suspensión, y son compatibles con sistemas de control industrial y SCADA (solución integral digital para supervisar, controlar y sistematizar procesos industriales e infraestructuras en tiempo real), facilitando la integración y gestión de datos en tiempo real. Esto permite optimizar operaciones, garantizar el cumplimiento normativo, prevenir riesgos laborales y mejorar la gestión ambiental de la planta.

Sistema de alerta temprana y localización de fuentes de emisiones de H2S en una planta de tratamiento de aguas residuales - Kunak

Sistema de alerta temprana y localización de fuentes de emisiones de H2S en una planta de tratamiento de aguas residuales – Kunak

Soluciones Kunak para plantas de tratamiento de aguas residuales (EDAR)

Las soluciones Kunak para las estaciones depuradoras de aguas residuales son las estaciones Kunak AIR Pro y AIR Lite. Diseñadas específicamente para la monitorización ambiental avanzada en entornos industriales y urbanos, su arquitectura modular permite la instalación de cartuchos intercambiables que monitorizan gases clave como CO, NO, NO2, O3, SO2, CO2, H2S, CH4, COV, NMHC, NH3, HCl, HCN, HF y O2, ofreciendo así una de las más amplias gamas de gases contaminantes en tiempo real que podemos encontrar actualmente en el mercado. Además, estas estaciones permiten la monitorización de partículas en suspensión como PM1, PM2,5, PM4, PM10, TSP y TPC.

Las estaciones se integran con plataformas digitales de gestión de datos y modelos de dispersión atmosférica mediante la Kunak API, facilitando la detección rápida de picos y episodios de malos olores, la correlación con datos meteorológicos como la dirección y velocidad del viento, y el envío automático de alertas al personal de planta para facilitar una respuesta inmediata. Además, contribuyen al cumplimiento normativo y a la trazabilidad de las emisiones, aspectos fundamentales para la gestión ambiental y el control regulatorio.

Gracias a la conectividad IoT y a la calibración de acuerdo a la norma europea CEN/TS 17660, y los protocolos, métricas y valores objetivo de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU EPA/600/R para sensores de aire, los equipos Kunak proporcionan mediciones precisas, comparables y fiables. Esto garantiza una gestión ambiental más precisa, eficiente y confiable, adecuada y muy valorada en el sector de tratamiento de aguas residuales.

De esta manera, las soluciones Kunak, al combinar robustez tecnológica, precisión, versatilidad y capacidad de integración digital, destacan como herramientas esenciales para la monitorización ambiental efectiva en las plantas de tratamiento de aguas residuales más exigentes.

Los gases contaminantes de las plantas de tratamiento de aguas residuales son los causantes de un gran impacto ambiental y sanitario, así como de la expansión de gases malolientes_Kunak

Los gases contaminantes de las plantas de tratamiento de aguas residuales son los causantes de un gran impacto ambiental y sanitario, así como de la expansión de gases malolientes.

Estrategias de control de olores y emisiones

Identificación de focos emisores

El control de olores y emisiones en estaciones depuradoras de aguas residuales comienza con la identificación precisa de los focos emisores más críticos. Entre ellos destacan:

  • Líneas de fangos y digestores anaerobios.
  • Tanques de aireación y decantadores secundarios.
  • Sistemas de almacenamiento y transporte de lodos.
  • Conductos de ventilación y cubiertas parciales.

El uso de mapas de concentración generados por sensores distribuidos en la planta permite localizar estos focos, correlacionarlos con las condiciones meteorológicas como la dirección y velocidad del viento, y priorizar acciones correctivas efectivas.

Las EDAR contribuyen cada vez más a la alteración del medio ambiente a través de sus emisiones de contaminantes odoríferos. En los últimos años, se ha producido un aumento en la frecuencia de las quejas públicas por malos olores debido a la rápida construcción de zonas residenciales, la carga sobre las plantas de tratamiento de aguas residuales y la creciente demanda pública de diversas empresas de agua privatizadas. Constantin, C. et al. (2025).

Mitigación y optimización

Una vez identificadas las fuentes, para mitigar las emisiones se aplican diversas técnicas comprobadas:

  • Cubrición selectiva de tanques y zonas de emisión para disminuir la liberación directa de gases.
  • Biofiltros y biofiltros percoladores, que eliminan los gases malolientes mediante la degradación biológica con microorganismos.
  • Tratamientos químicos, como la dosificación de oxidantes (peróxido de hidrógeno, hipoclorito de sodio, permanganato de potasio) para neutralizar los compuestos olorosos.
  • Sistemas de ventilación controlada que optimizan el caudal de aire y reducen la concentración interna de gases mejorando la seguridad y el estado ambiental.

La integración de sensores Kunak en estos procesos, al proporcionar datos en tiempo real, permite ajustar automáticamente dichas operaciones tecnológicas, optimizando el consumo energético y aumentando la eficacia del tratamiento de olores. Gracias a un enfoque basado en la monitorización continua y una respuesta dinámica se puede garantizar el cumplimiento normativo, minimizar las molestias a la comunidad circundante, promoviendo la aceptación social, y reducir los impactos ambientales negativos, lo que posibilita una gestión sostenible y eficiente de la EDAR.

La generación de aguas residuales ha aumentado considerablemente en los últimos años debido al crecimiento demográfico, la urbanización y la industrialización. Si bien las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) desempeñan un papel crucial en la depuración de las aguas residuales y la mitigación de la contaminación industrial y doméstica en las reservas mundiales de agua dulce, su impacto en la calidad del aire de las zonas aledañas suele pasarse por alto. Viteri, G. et al. (2025).

Tratamientos químicos más eficaces para la eliminación de malos olores

En el ámbito del tratamiento de aguas residuales, el control de los compuestos odoríferos es esencial para mantener la calidad ambiental y el bienestar de las comunidades cercanas.
Los métodos químicos más eficaces para reducir y eliminar olores se basan principalmente en procesos de oxidación y en técnicas de adsorción y neutralización, que transforman o capturan las moléculas responsables del olor.

Compuestos oxidantes

Los agentes oxidantes reaccionan directamente con los gases responsables de los malos olores, como el sulfuro de hidrógeno (H2S), los mercaptanos (CH4S) o el amoníaco (NH3), transformándolos en productos inodoros o con una capacidad odorífera mínima.

Entre los compuestos más empleados destacan:

Compuesto oxidante Fórmula química Mecanismo de acción Ventajas y consideraciones
Peróxido de hidrógeno H2O2 Oxida el H2S, transformándolo en azufre elemental o sulfatos, reduciendo el olor. Eficaz en estaciones de bombeo y plantas depuradoras. Actúa rápido y no genera residuos peligrosos, aunque requiere control de dosificación.
Dióxido de cloro ClO2 Oxida compuestos odoríferos como H2S, NH3 y mercaptanos sin producir subproductos clorados orgánicos. Alta eficacia y estabilidad. Opción más segura y respetuosa con el medioambiente, pero requiere una manipulación cuidadosa.
Permanganato potásico KMnO4 Reacciona con H2S y otros gases malolientes, oxidándolos y eliminando su olor. Se emplea en sistemas de filtración o pretratamiento de aire. Muy eficaz, aunque puede dejar residuos sólidos (MnO2).
Cloro e hipoclorito sódico Cl2 / NaClO Actúan como desinfectantes y oxidantes, reduciendo la presencia de gases olorosos como H2S y NH3. De uso común en depuración de agua. Eficaces, pero deben controlarse para evitar la formación de subproductos clorados.
Ozono O3 Oxida de forma inmediata las moléculas odoríferas, neutralizando compuestos orgánicos volátiles y gases sulfurosos. Oxidante muy potente con acción rápida. Requiere equipos específicos para su generación y sistemas de seguridad para evitar exposición directa.

Técnicas de adsorción y neutralización

Estas técnicas eliminan o reducen físicamente las moléculas responsables de los olores mediante su retención o neutralización química.

  • Carbón activo: material poroso con gran superficie interna, capaz de adsorber gases y vapores orgánicos volátiles (COV). Se emplea habitualmente en sistemas de filtración de aire situados en puntos de ventilación o en cubiertas de depósitos.
  • Productos neutralizantes y encubridores:
    • Neutralizadores: formulaciones que reaccionan con los gases malolientes (H2S, NH3 y mercaptanos) para anular su capacidad odorífera.
    • Encubridores: fragancias que disimulan temporalmente los olores sin eliminarlos. Su uso es limitado, ya que pueden generar mezclas olfativas más intensas si se aplican en exceso.

La elección entre oxidación o adsorción depende de la naturaleza de los compuestos, la etapa del proceso donde se generan y los costes operativos asociados. En muchas instalaciones se combinan ambos métodos, como la oxidación química previa a la filtración con carbón activo, para lograr una eliminación más completa.

Aspectos fundamentales a considerar

Seleccionar el tratamiento adecuado exige conocer la composición química de los gases y la concentración de los compuestos odoríferos presentes en cada fase del proceso. También es necesario evaluar los criterios de seguridad, coste y eficacia antes de su implementación.

En la práctica, los sistemas más eficaces combinan procesos de oxidación y adsorción, ajustando las dosis químicas en función de las condiciones meteorológicas y del caudal de aire tratado.

Los sistemas de monitorización ambiental de Kunak son aliados clave en esta tarea. A través de sensores multiparámetro, las estaciones Kunak AIR son capaces de detectar en tiempo real picos de concentración de H2S, NH3 y COV, permitiendo activar alertas tempranas y optimizar la dosificación de los tratamientos químicos. Estas estaciones incluyen sensores calibrados individualmente bajo procedimientos rigurosos que garantizan trazabilidad, exactitud y fiabilidad de la información en entornos reales.

De este modo, las plantas de tratamiento de aguas residuales pueden reducir sus emisiones odoríferas, favorecer el cumplimiento normativo y minimizar su impacto ambiental. Además, la gestión remota y la flexibilidad de estos sistemas Kunak facilitan su integración en protocolos de seguridad y mantenimiento, optimizando recursos y beneficios operativos.

Panel de monitorización Kunak con herramientas de identificación de fuentes y cuantificación de emisiones en una planta de tratamiento de aguas residuales - Kunak

Panel de monitorización Kunak con herramientas de identificación de fuentes y cuantificación de emisiones en una planta de tratamiento de aguas residuales – Kunak

Beneficios de la monitorización ambiental avanzada

Implementar una red de monitorización ambiental avanzada en una estación depuradora de aguas residuales genera múltiples beneficios técnicos, operativos y sociales que repercuten positivamente en la gestión integral de la planta. En primer lugar, favorece el cumplimiento normativo y la trazabilidad mediante la generación continua de datos verificables para inspecciones o auditorías ambientales, facilitando la demostración del control efectivo de las emisiones.

Desde la perspectiva operativa, la detección temprana de emisiones anómalas permite:

  • Cumplimiento normativo y trazabilidad: los datos continuos proporcionan evidencias verificables ante inspecciones o auditorías ambientales, favoreciendo el cumplimiento normativo.
  • Favorecer un mantenimiento predictivo: reduce costes y tiempos de intervención antes de que se produzcan pérdidas, daños estructurales o quejas ciudadanas.
  • Mejora de la percepción social: beneficio clave, ya que la reducción de olores molestos y la transparencia fortalecen la relación con la comunidad local, generando confianza y aceptación de la infraestructura depuradora.
  • Apoyo a la toma de decisiones estratégicas: integración de datos con modelos de dispersión atmosférica y análisis predictivos que facilita la planificación de inversiones y la priorización de mejoras operativas.
  • Contribución a la sostenibilidad y las Smart Cities: conectadas a plataformas urbanas de datos ambientales, las EDAR se convierten en nodos activos dentro de la gestión climática y energética municipal.

En definitiva, estas medidas aplicadas a las plantas de tratamiento de aguas residuales permite que se conviertan en infraestructuras alineadas con los objetivos globales de sostenibilidad y eficiencia además de posicionarlas como elemento esencial dentro de los sistemas urbanos más sostenibles y resilientes.

Las aguas residuales de los baños llegan a la depuradoras donde su tratamiento adecuado permite limpiarlas para devolverlas al medio ambiente_Kunak

Las aguas residuales de los baños llegan a la depuradoras donde su tratamiento adecuado permite limpiarlas para devolverlas al medio ambiente sin contaminar ríos y acuíferos.

Preguntas frecuentes sobre emisiones y olores en EDAR

¿Qué gases se deben medir en una EDAR para controlar los olores?

En una estación depuradora de aguas residuales (EDAR), el control de olores es fundamental para minimizar el impacto sobre el entorno y la calidad de vida de las comunidades cercanas. Para ello, se deben medir gases como el sulfuro de hidrógeno (H2S), los mercaptanos (CH4S), el amoníaco (NH3) y los compuestos orgánicos volátiles (COV), ya que son los principales responsables del impacto odorífero. Estos compuestos se generan durante los procesos de tratamiento biológico y en zonas de acumulación de lodos, y su presencia puede causar molestias incluso estando presentes a bajas concentraciones.

Además del control de olores, es necesario evaluar el impacto ambiental global de la EDAR mediante la monitorización de otros gases como el metano (CH4), el dióxido de carbono (CO2) y el dióxido de azufre (SO2)El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro de aroma penetrante y que produce una sensación irritante similar a cuando falta el aire para respirar. Su ...
Leer más
. El CH4 y el CO2 son gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, mientras que el SO2 puede provocar fenómenos de lluvia ácida y afectar a la salud humana. Su medición permite implementar estrategias de mitigación y mejorar la sostenibilidad de la planta.

La integración de sistemas de monitoreo continuo para estos gases permite una gestión más eficiente de la EDAR, anticipando situaciones críticas y optimizando los procesos de tratamiento. Además, facilita el cumplimiento de normativas ambientales y promueve una operación más responsable y respetuosa con el entorno.

¿Cómo afecta el sulfuro de hidrógeno (H2S) a la calidad del aire?

El sulfuro de hidrógeno (H2S) es un gas altamente volátil que se caracteriza por su distintivo olor a huevo podrido, perceptible incluso a concentraciones muy bajas. Este compuesto se genera principalmente en procesos de descomposición de materia orgánica en ambientes anaerobios, como los que se encuentran en estaciones depuradoras de aguas residuales, vertederos o industrias químicas. Su presencia en el aire puede causar molestias olfativas, alterando la calidad ambiental y generando quejas por parte de la población cercana.

Cuando el H2S alcanza concentraciones elevadas, sus efectos van más allá del mal olor. Provoca irritación en los ojos, la garganta y el sistema respiratorio, además de representar un riesgo para la salud de los trabajadores expuestos de forma prolongada. Asimismo, este gas tiene propiedades corrosivas que afectan estructuras metálicas, tuberías y equipos, acelerando su deterioro y aumentando los costes de mantenimiento en instalaciones industriales.

Por estas razones, el control del sulfuro de hidrógeno es esencial en cualquier entorno donde pueda generarse. La implementación de sistemas de detección y ventilación adecuados, junto con protocolos de seguridad, permite reducir los riesgos asociados y garantizar condiciones laborales seguras. Además, su monitoreo contribuye a mantener una buena calidad del aire y a cumplir con las normativas ambientales vigentes.

¿Qué tecnología se utiliza para medir gases en tiempo real en depuradoras?

En las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), la medición en tiempo real de gases es imprescindible para garantizar un control eficaz de emisiones y olores. Para ello, se emplean tecnologías avanzadas basadas en sensores electroquímicos y ópticos, capaces de detectar concentraciones muy bajas de gases como H2S, NH3 o COV con gran precisión y estabilidad. Estas tecnologías permiten una vigilancia continua, lo que facilita la toma de decisiones rápidas ante cualquier desviación de los niveles permitidos.

Los sensores electroquímicos son especialmente útiles para medir gases tóxicos como el sulfuro de hidrógeno o el monóxido de carbono, mientras que los sensores ópticos, como los basados en espectroscopía infrarroja, destacan en la detección de gases como el metano o el dióxido de carbono. La combinación de diferentes tipos de sensores en un mismo sistema permite una monitorización integral de la calidad del aire en las instalaciones.

Un ejemplo destacado de esta tecnología son las estaciones Kunak AIR Pro y Air Lite, que integran múltiples sensores en un solo dispositivo compacto. Estas estaciones permiten la transmisión automática de datos en tiempo real a plataformas digitales, lo que facilita el análisis remoto y la configuración de alertas. Además, cuentan con sistemas de calibración remota, reduciendo la necesidad de mantenimiento in situ y mejorando la eficiencia operativa de las EDAR.

¿Existe regulación específica sobre olores y emisiones en EDAR?

No existe una directiva europea específica que regule exclusivamente los olores en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), pero sí hay un marco normativo que aborda las emisiones contaminantes en general. A nivel comunitario, destacan la Directiva 2008/50/CE sobre calidad del aire ambiente y la 2010/75/UE relativa a las emisiones industriales, que establecen límites y obligaciones para minimizar el impacto ambiental de las instalaciones.

En el ámbito nacional, el Real Decreto 102/2011 regula la mejora de la calidad del aire en España, incluyendo parámetros que pueden estar relacionados con olores, como los compuestos orgánicos volátiles o el amoníaco. Este decreto establece criterios para la evaluación y gestión de la contaminación atmosférica, aplicables también a las EDAR cuando sus emisiones afectan al entorno.

Además, muchas comunidades autónomas han desarrollado normativas específicas sobre inmisión de olores y límites de exposición laboral, adaptadas a sus particularidades territoriales. Estas regulaciones complementan el marco estatal y europeo, y permiten una gestión más precisa de los impactos odoríferos, protegiendo tanto a los trabajadores como a la población cercana.

La integración de estándares y estudios internacionales sobre medición, evaluación y regulación de olores se basa por regla general en referencias internacionales de limitaciones para olores. Por ejemplo en la elaboración de la primera norma de malos olores de Chile se tuvieron en cuenta referencias clave como:

¿Qué ventajas ofrece la monitorización continua frente al muestreo puntual?

La monitorización continua de gases en estaciones depuradoras ofrece una ventaja considerable frente al muestreo puntual, ya que permite detectar picos de concentración y eventos inesperados y sus notificaciones en tiempo real. Esta capacidad es esencial para reaccionar de forma inmediata ante situaciones críticas, como emisiones odoríferas intensas o fugas de compuestos peligrosos, minimizando el impacto ambiental y mejorando la seguridad operativa.

Además, al registrar datos de forma constante, se pueden analizar tendencias a lo largo del tiempo, lo que facilita la identificación de patrones recurrentes y la optimización de procesos. Esta información es clave para implementar medidas preventivas, ajustar parámetros de funcionamiento y anticiparse a posibles incidencias antes de que se conviertan en problemas mayores.

No menos importante es que la monitorización continua de una EDAR genera un historial de datos valioso para estudios de dispersión de contaminantes, planificación de mejoras en la infraestructura y cumplimiento de auditorías ambientales. Estos registros permiten demostrar el control efectivo de emisiones ante autoridades reguladoras y respaldar las decisiones estratégicas a partir de una evidencia técnica sólida.

Las plantas de tratamiento de aguas residuales deben desarrollar estrategias para optimizar las medidas de control y eficiencia operativa que garanticen entornos más saludables y sostenibles_Kunak.

Las plantas de tratamiento de aguas residuales deben desarrollar estrategias para optimizar las medidas de control y eficiencia operativa que garanticen entornos más saludables y sostenibles.

Medir para transformar: cómo conseguir una EDAR sostenible

Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) son esenciales para la sostenibilidad del ciclo del agua, pero su operación conlleva la generación de gases y olores que, si no se controlan adecuadamente, pueden deteriorar la calidad del aire y afectar tanto a las comunidades cercanas como a los trabajadores de la planta de tratamiento de aguas residuales. Frente a este reto, la monitorización ambiental continua, mediante los sensores avanzados y tecnologías conectadas, como las soluciones de Kunak, se posiciona como una herramienta indispensable para la reducción efectiva de emisiones.

Medir con precisión y en tiempo real es el primer paso para prevenir molestias, garantizar entornos laborales seguros y cumplir con los estándares normativos más exigentes. La capacidad de analizar, correlacionar y responder a los datos ambientales permite a las EDAR optimizar sus procesos y minimizar su huella ambiental. En un contexto global marcado por la transición ecológica y los compromisos de descarbonización, las estaciones que integran estas tecnologías inteligentes se convierten en nodos activos dentro de ciudades inteligentes, contribuyendo a la gestión eficiente del aire y la energía a nivel urbano.

Kunak destaca en este ámbito aportando soluciones modulares de monitorización, calibradas conforme a estándares europeos, que facilitan la trazabilidad, la prevención y la mejora continua de la calidad del aire en plantas de tratamiento de aguas residuales. Así, la digitalización y la innovación tecnológica se convierten en aliados estratégicos para transformar los desafíos ambientales de las EDAR en oportunidades para avanzar hacia un futuro más limpio y saludable.

Referencias científicas y técnicas