Las partículas en suspensión son elementos microscópicos que flotan en el aire, compuestos por sustancias sólidas y líquidas. Poseen una gran variedad de tamaños y son una mezcla de sustancias de procedencia tanto orgánica como inorgánica.
Además de su origen natural, como el polvo y el polen, las partículas en suspensión provienen de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la actividad industrial y procesos agrícolas.
La presencia de partículas en suspensión en el aire que respiramos juega un papel crucial en su calidad. Son consideradas de manera global como Partículas Totales Suspendidas (PST), también conocidas como TSP por sus siglas en inglés, y su tamaño oscila desde diámetro menor de 10 µm o micrómetro hasta varios cientos de micrómetros.
Origen y clasificación
Si bien, algunas partículas en suspensión son lo suficientemente grandes como para distinguirse a simple vista, la mayoría pasan desapercibidas ante nuestros ojos. Su origen prioritario se localiza en determinadas fuentes de emisión como la quema de combustibles fósiles, las emisiones industriales, sobre todo las actividades empresariales vinculadas a la construcción, como la fabricación de cemento, la incineración de residuos, las instalaciones de combustión, la generación de energía y los escapes producidos por los vehículos. Otras partículas en suspensión se originan por reacciones con sustancias químicas como el dióxido de azufre y los óxidos nitrosos presentes en la atmósfera. Se diferencian en tres grupos principales: partículas ultrafinasA simple vista, el aire que nos rodea puede parecer limpio, pero cuidado, en él se esconde un peligro casi imperceptible: las partículas ultrafinas (PUF)...
Leer más, finas y gruesas.
- PM1: Las partículas ultrafinas (PM1), con su tamaño extremadamente fino (inferior a 1 µm) suponen un aporte al aire de compuestos químicos peligrosos que al ser respirados son el origen de alteraciones en la salud humana. Por su peso ligero pueden mantenerse suspendidas en el aire durante mucho tiempo y viajar a través del viento largas distancias.
- PM2.5: De igual manera, las partículas finas, denominadas PM2.5, son especialmente peligrosas para la salud porque proceden en su mayoría de partículas secundarias formadas en la atmósfera a partir de precursores gaseosos (óxidos nitrosos, compuestos orgánicos volátiles, dióxido de azufre, amoniaco, etc.) que reaccionan mediante procesos químicos. Las partículas PM2.5, además de ser las más abundantes en el aire contaminado, poseen un minúsculo diámetro aerodinámico (2,5 µm) o tamaño de partícula que es 100 veces más delgado que un cabello humano.
- PM10: A su vez, las partículas gruesas (PM10), contienen las sustancias del mismo origen que las PM2.5 pero de mayor tamaño (con un diámetro entre 10 y 2,5 µm) y aquellas emitidas directamente a la atmósfera por incendios forestales y emisiones volcánicas. Suman a su composición una concentración de polvo, hollín, polen y esporas de moho entre otras sustancias.
- Partículas Totales Suspendidas (PST): Las PST, registran cualquier origen de partículas suspendidas en el aire. Pueden provenir de fuentes naturales como el polen, el polvo de los suelos y las cenizas volcánicas, o de fuentes antropogénicas, es decir, generadas por actividades humanas como las emisiones de vehículos, industrias, plantas de energía y la quema de combustibles fósiles.
El control y medición del material particulado (PM), tal como han hecho empresas como la minera First Quantum Minerals o la cementera Cemex, resulta esencial para la salud puesto que, independientemente de su procedencia, es imprescindible determinar, aparte de su concentración, su tamaño, composición química, fase y morfología. De esta manera se regula la presencia de partículas y determinan aquellas más nocivas: las que son capaces de penetrar en las vías respiratorias y con ello causar graves daños en la salud pública, llegando incluso a provocar la muerte prematura. Sobre todo es importante la medición de las PM2.5 y PM10 en su adecuación al marco normativo a nivel industrial. Sus procesos de manufactura suponen un riesgo potencial de emisión de PM que afectan a la salud y el medioambiente.
Impacto en la salud
Las PM1 y PM2.5 son capaces de introducirse profundamente en los pulmones y desde los alvéolos penetrar en el torrente sanguíneo. De este modo se convierten en la causa de diversos problemas respiratorios, cardiovasculares e incluso se les atribuyen propiedades cancerígenas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las partículas en suspensión en el aire son las causantes de una mortalidad de 3,7 millones de personas cada año en el mundo.
A su vez, las partículas gruesas o PM10 afectan también a la salud pero penetran más difícilmente en el sistema respiratorio. Suelen detenerse en nariz y faringe y son expulsadas por mecanismos fisiológicos como el estornudo, mucosidad o tos.

Efectos de la contaminación del aire en la salud
Normativas y control
Según la OMS, “la contaminación del aire exterior representa un importante riesgo medioambiental para la salud que afecta a todas las personas en los países de ingresos bajos, medios y altos.” Para conseguir que la mortalidad y las afecciones de salud ligadas a la contaminación del aire desciendan, la OMS ha establecido valores límite para la concentración de partículas en suspensión tanto en exposición diaria como en valores anuales. Para las PM2.5 ha establecido una media diaria de 15 µg/m3 y un nivel anual de 5 µg/m3. Mientras que para las PM10 valora un máximo diario de 45 µg/m3 en el aire y una máxima concentración anual de 15 µg/m3.
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País/ Región | PM2,5 (μg/m3) | PM10 (μg/m3) | Nº de superaciones permitidas al año | ||
---|---|---|---|---|---|
Promedio anual | Promedio diario (24 horas) | Promedio anual | Promedio diario (24 horas) | ||
Australia | 8 | 25 | 25 | 50 | Ninguno |
China | 35 | 75 | 70 | 150 | Ninguno |
UE | 25 | Ninguno | 40 | 50 | PM2,5: Ninguno; PM10: 35 |
Hong Kong | 35 | 75 | 50 | 100 | PM2,5: 9; PM10: 9 |
Japón | 15 | 35 | Ninguno | 100 | Ninguno |
Corea del Sur | 15 | 35 | 50 | 100 | Ninguno |
Taiwán | 15 | 35 | 50 | 100 | Ninguno |
EE. UU. | 12 | 35 | Ninguno | 150 | PM2,5: No aplicable; PM10: 1 |
OMS | 5 | 15 | 15 | 45 |
Estas directrices sirven de referencia a los países para que, dependiendo de sus posibilidades técnicas y económicas y sus políticas de gestión de la calidad del aireLa calidad del aire se refiere al estado del aire que respiramos y su composición en términos de contaminantes presentes en la atmósfera. Se considera b...
Leer más, se adapten para la consecución de una calidad del aire óptima. Para conocer las características del aire que respiramos es necesario identificar la concentración de las partículas totales suspendidas (PST).
Conforme a su correlación y conocimiento de la composición de los diferentes tamaños de partículas suspendidas, se pueden implementar medidas de control y calidad que favorezcan un aire limpio en cualquier entorno, principalmente en aquellos que son fuente de emisión directa de partículas suspendidas como las actividades mineras.
A su vez, las pruebas de análisis de la composición y tamaño de las partículas en suspensión en el aire deben ser realizadas meticulosamente con métodos granulares. Están diseñados para determinar la concentración de las partículas suspendidas y la cantidad presente en el aire de cada zona.
Las partículas que viajan en los gases que recalientan el planeta causan el 20% de las muertes prematuras mundiales. (Rejón, R., 2021).
Además, para lograr una medición adecuada, hay que tener en cuenta que su proporción y cantidad pueden variar en apenas unos metros de distancia en un mismo lugar debido a la proximidad de zonas verdes, industrias, carreteras con frecuente tráfico rodado, etc. Si bien, la mayor parte de las fuentes de contaminación del aire están fuera del control de las personas es necesario exigir a nuestros gobernantes y gestores municipales que sigan las normativas y leyes de ámbito nacional e internacional para fomentar políticas sobre la calidad del aire que respiramos que protejan la salud pública.
Las tecnologías limpias empleadas en la industria, las energías limpias usadas en el hogar, la adopción de medios sostenibles de transporte, el esfuerzo por lograr la eficiencia energética de los edificios, la utilización de energías renovables, la reducción de los residuos así como el fomento de su reciclaje y la monitorización ambiental contribuyen a disminuir la proporción de partículas que permanecen en suspensión en el aire.
Prevención en el hogar y lugares de trabajo
Una deficiente calidad del aire en el interior de hogares y entornos de trabajo, además de agravar dolencias respiratorias y cardiovasculares, puede ocasionar irritación en los ojos, picor de garganta, dolores de cabeza, así como mareos, dificultad de concentración y síntomas de fatiga. Para reducir los niveles de partículas en suspensión en el hogar, es esencial realizar limpiezas profundas, utilizar productos de limpieza sin tóxicos y preferentemente ecológicos, emplear purificadores de aire y climatizadores y, al mismo tiempo, vigilar el buen estado de sus filtros.
De igual manera hay que ventilar adecuadamente y a diario para renovar el aire de los espacios interiores y evitar el uso de productos sintéticos de construcción y equipamiento interior que liberen compuestos orgánicos volátiles potencialmente dañinos. También es importante mantener al día nuestros sistemas de calefacción y cocina pues una mala combustión sumada a una deficiente ventilación puede ser mortal. No es adecuado fumar en casa o utilizar cigarrillos electrónicos y disponer de plantas en los interiores ayuda a purificar el aire que disfrutamos en nuestros hogares y espacios de trabajo.
Impacto ambiental de las partículas en suspensión
Las partículas en suspensión también afectan los ecosistemas, alterando la composición del suelo y modificando la acidez en las masas de agua. Es así como se contribuye a la lluvia ácida que perjudica a la biodiversidad porque altera el crecimiento de la vegetación y la salud de la fauna. El viento ayuda a la dispersión a larga distancia (hasta cientos de kilómetros) de las partículas suspendidas desde su lugar de origen o formación química. Al descender sobre el suelo y masas de agua originan que la acidez de lagos y cursos fluviales se modifique.
A su vez, su aparición es motivo para que se alteren los nutrientes presentes en el suelo y el agua. Asimismo están en el origen de daños en los bosques y producciones agrícolas. Las partículas suspendidas contribuyen a generar la lluvia ácida de la que derivan indeseados efectos en los ecosistemas, alterando el equilibrio químico natural del suelo y el agua. De este modo los bosques se ven sometidos a la pérdida de su follaje mientras se debilita su sistema de circulación, los animales acuáticos en su mayoría no logran superar las aguas acidificadas por lo que se convierten en más vulnerables. Mientras que la acidificación del suelo conduce a una pérdida gradual de nutrientes y el incremento de elementos tóxicos para las plantas como la presencia de aluminio. Las partículas del aire pueden, a su vez, alterar el clima modificando la temperatura y régimen de lluvias, asimismo reducen la visibilidad (son causantes de la niebla urbana o esmogEsmog, qué hay detrás de esa densa niebla
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