Los hidrocarburos no metánicos (NMHC, por sus siglas en inglés) son sustancias químicas en estado gaseoso a temperatura ambiente y que forman parte de los compuestos orgánicos volátiles (COV)Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son sustancias químicas formadas principalmente por carbono e hidrógeno, pero también pueden contener otros e...
Leer más. Entre esta gran variedad de compuestos, son de los que químicamente resultan muy activos y participan en reacciones fotoquímicas, por lo que contribuyen al carbono reactivo presente en la atmósfera. Se distinguen por estar formados exclusivamente de carbono e hidrógeno y proceder mayoritariamente de actividades antropogénicas. Su relevancia ambiental radica en que actúan como precursores del ozono troposférico y otros agentes oxidantes, contribuyendo notoriamente a la contaminación del aire.
Debido a su papel como contaminantes secundarios y su potencial efecto carcinógeno, los NMHC son considerados indicadores clave en la gestión de la calidad del aireLa calidad del aire se refiere al estado del aire que respiramos y su composición en términos de contaminantes presentes en la atmósfera. Se considera b...
Leer más. Por ello, tanto la normativa europea como la legislación española incluyen su regulación mediante directivas, leyes y reales decretos, con el objetivo de establecer sistemas de vigilancia y control acordes al conocimiento científico sobre su toxicidad ambiental y sus efectos en la salud humana.

La industria petroquímica y el almacenamiento de combustibles fósiles son una de las principales fuentes de hidrocarburos no metánicos.
Qué son los hidrocarburos no metánicos (NMHC)
Los hidrocarburos no metánicos constituyen una fracción esencial de los compuestos orgánicos volátiles que se encuentran en la atmósfera. Su gran importancia ambiental deriva tanto de su abundancia en el aire como del papel que desempeñan en los procesos fotoquímicos que acaban originando contaminantes secundarios. Aunque su concentración y composición varían en función del entorno y de las fuentes emisoras, su estudio resulta fundamental para comprender las dinámicas del ozono troposférico y, en general, para la vigilancia de la contaminación urbana.
Definición técnica y química de los NMHC
Desde el punto de vista químico, los NMHC son hidrocarburos o moléculas formadas exclusivamente por átomos de carbono e hidrógeno, al igual que el metano (CH4)El metano, conocido químicamente como CH₄, es un gas dañino para la atmósfera y los seres vivos porque tiene gran capacidad de atrapar el calor. Es po...
Leer más, pero se diferencian de este último porque incluyen desde los alcanos más simples hasta estructuras aromáticas complejas con estructuras similares a anillos de benceno. Esto significa que, si bien el metano presenta una reactividad atmosférica limitada y una vida media prolongada, los NMHC poseen una elevada capacidad de reacción por poseer radicales oxidantes como el radical hidroxilo (·OH), convirtiéndolos en actores clave en las reacciones fotoquímicas en la capa atmosférica en contacto con la superficie terrestre.
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Entre los NMHC más relevantes presentes en la atmósfera se encuentran el etano, etileno, propano, tolueno, xileno y benceno, este último reconocido por su alta toxicidad y carácter carcinógeno. Estas sustancias provienen principalmente de procesos industriales, de las emisiones de combustión, de los disolventes orgánicos, el tráfico rodado y las operaciones de refinado de petróleo.
NMHC frente a COV: diferencias y clasificación
A grandes rasgos, los COV pueden agruparse según su estructura química (alifáticos, aromáticos, oxigenados, halogenados, etc.) y el potencial fotoquímico con que reaccionan. Los NMHC, como parte más reactiva y potencialmente más nociva de este conjunto de sustancias, son objeto de especial seguimiento mediante las redes de calidad del aire, tanto por su impacto en la formación de contaminantes secundarios como por su implicación en la generación de problemas de toxicidad, por el papel que desempeñan en la formación de ozono troposférico y otros oxidantes, y el incremento de los riesgos sanitarios.
| Categoría principal | Subtipo / Familia | Ejemplos típicos (fórmula) | Características relevantes | Fuentes predominantes |
|---|---|---|---|---|
| Saturados (parafinas) | Alcanos lineales y ramificados | Etano, propano, n-butano, isobutano, n-pentano, n-hexano, n-heptano (CnH2n+2) | Reactividad fotoquímica baja–media frente a radical OH, pero su alta concentración contribuye a la formación de ozono y aerosoles orgánicos secundarios (SOA). | Combustibles fósiles (gas natural, GLP, gasolina y diésel), evaporación de combustibles, fugas en sistemas de almacenamiento, emisiones de vehículos y equipos de combustión. |
| No saturados (olefinas) | Alquenos | Eteno (etileno), propeno, butenos (CnH2n) | Muy reactivos frente a radicales OH y ozono; claves en el smog fotoquímico y la producción de ozono troposférico. | Escape de vehículos (especialmente gasolina), combustión incompleta, refinerías, industria petroquímica, procesos de craqueo. |
| No saturados (acetilénicos) | Alcinos | Acetileno (C2H2) | Reactividad moderada–alta; se usa como trazador de emisiones de combustión y tráfico. | Combustión incompleta en motores, procesos industriales de alta temperatura, soldadura. |
| Aromáticos | Monoaromáticos | Benceno, tolueno, etilbenceno, xilenos (BTEX) | Alta capacidad para generar ozono y aerosoles orgánicos secundarios; varios son tóxicos y/o carcinógenos (p. ej., benceno). | Gasolina y disolventes, emisiones de tráfico (evaporativas y de escape), industrias de pinturas, barnices y productos químicos. |
| Aromáticos | Policíclicos (HAP de solo C y H) | Hidrocarburos aromáticos policíclicos sin heteroátomos | Menos volátiles, parte en fase particulada; contribuyen a SOA y presentan alta toxicidad, aunque se consideran aparte como HAP. | Combustión de carbón, biomasa y derivados del petróleo, procesos metalúrgicos. |
| Cicloalcanos | Cicloparafinas | Ciclopentano, ciclohexano y homólogos | Reactividad intermedia; contribuyen al ozono y a los aerosoles orgánicos secundarios; menos abundantes que los alcanos lineales en aire urbano. | Combustibles y disolventes, procesos petroquímicos y refinerías. |
| Biogénicos no metánicos | Isopreno y terpenos hidrocarbonados | Isopreno, monoterpenos (p. ej. α-pineno, limoneno) sin oxígeno en su fórmula | Extremadamente reactivos con radical OH y ozono; gran contribución al ozono y a los aerosoles secundarios, especialmente en zonas con vegetación y NOx elevados. | Emisiones de vegetación (bosques, cultivos, zonas verdes urbanas); biogénicos pero influyen en la química fotoquímica antropogénica. |
| Mezclas reguladas | NMHC totales (suma operacional) | Suma de todos los hidrocarburos excepto metano | Indicador agregado de precursores de ozono y esmogEsmog, qué hay detrás de esa densa niebla
El esmog es una mezcla de contaminantes atmosféricosLa contaminación del aire causada por los contaminantes atmosféricos constituye uno de los problemas ambientales más críticos y complejos a los que nos... Leer más que se acumulan en la atmósfera, especialmente en área... Leer más; medido en inventarios y normativas (p. ej., emisiones de escape o chimeneas). |
Comercio y transporte de combustibles, motores de combustión interna, fuentes industriales y mezclas urbanas de COV. |
Origen y fuentes de emisión de NMHC
Los hidrocarburos no metánicos tienen un origen eminentemente antropogénico, al proceder de entornos urbanos e industriales, aunque también existen aportes naturales de NMHC al aire.
Emisiones naturales y antropogénicas
En la naturaleza los NMHC son liberados principalmente por:
- Vegetación terrestre y marina: las plantas durante sus procesos biológicos emiten compuestos orgánicos volátiles biogénicos (BVOC), que incluyen hidrocarburos como el isopreno y los monoterpenos. Además, las plantas emiten otros compuestos oxigenados como carbonilos y alcoholes. En conjunto, estos compuestos, aunque de origen natural, participan igualmente en las reacciones fotoquímicas que generan ozono troposférico, especialmente bajo condiciones de alta radiación solar. Compuestos que suponen alrededor del 60% de las emisiones globales de los compuestos orgánicos volátiles.
- Quema de biomasa y procesos geoquímicos: aportes que provienen de incendios naturales, descomposición de materia orgánica y ciertas reacciones químicas que se producen en los suelos y océanos.
- Sedimentos y descomposición orgánica: el gas natural y el petróleo, aunque sean fósiles, derivan de la descomposición y transformación lenta de biomasa marina y terrestre atrapada en estratos que han permanecido bajo la superficie terrestre a lo largo de millones de años.
En consecuencia, los NMHC de origen natural contribuyen de forma apreciable a modificar la atmósfera en determinadas regiones y estaciones del año. En conjunto, su presencia en la atmósfera resulta del equilibrio entre las emisiones directas y los procesos de transformación química y depósito en la naturaleza; estos determinan su tiempo de permanencia en el ambiente y su papel en la formación de contaminantes secundarios.
Las fuentes antropogénicas de NMHC abarcan un amplio espectro de actividades humanas. Entre las más relevantes en el ámbito industrial se identifican:
- Transporte por carretera.
- Evaporación de combustibles.
- Pérdidas en procesos de refino y almacenamiento de hidrocarburos.
- Determinadas actividades industriales que emplean disolventes orgánicos.
Concretamente, en los entornos urbanos la principal fuente de emisión de NMHC procede del tráfico rodado, responsable de la emisión de compuestos aromáticos y parafínicos en proporciones variables según el tipo de combustible empleado y la eficiencia tecnológica que presenten los motores de los vehículos.
En resumen, la contribución relativa de las fuentes naturales frente a las antropogénicas depende del área geográfica estudiada, la cobertura vegetal existente y la estación del año, lo que convierte el balance global de emisiones de NMHC en un fenómeno espacialmente complejo de analizar.
Emisiones fugitivas y evaporativas
Las emisiones fugitivas y evaporativas de los NMHC constituyen una de las fuentes más relevantes de la contaminación atmosférica. Generadas principalmente por pérdidas no intencionadas de gases o vapores durante las operaciones de producción, almacenamiento, transporte y manipulación de hidrocarburos y compuestos químicos.
Las emisiones fugitivas se originan por escapes de gases como metano, compuestos orgánicos volátiles y otros contaminantes desde componentes de procesos industriales (válvulas, bridas, bombas, compresores, tanques y sistemas de conducción) debido a fallos en la estanqueidad o por la degradación de los materiales que los constituyen.
Por el contrario, las emisiones evaporativas se ocasionan con la volatilización de líquidos bajo condiciones termodinámicas variables, especialmente en superficies expuestas o sistemas de almacenamiento donde se produce un intercambio gaseoso.
Tanto la caracterización como la cuantificación de estas emisiones supone unos desafíos metodológicos extraordinarios, dada su naturaleza difusa, intermitente y frecuentemente no monitorizada. Esta dificultad repercute en la precisión de los inventarios de emisiones atmosféricasLas emisiones atmosféricas son sustancias contaminantes vertidas al aire cuyo origen se fundamenta principalmente en actividades humanas como la industria...
Leer más, donde estas mediciones suelen estar subestimadas o directamente omitidas. No obstante, la contribución de los NMHC al deterioro de la calidad del aire y al incremento de gases de efecto invernadero es sustancial, particularmente en sectores como el del petróleo y gas, la industria química y la industria manufacturera intensiva.
Mitigar estas emisiones requiere la implementación de tecnologías avanzadas de detección de fugas (como los sistemas de monitorización continua) combinados con estrategias de mantenimiento predictivo, rediseño de equipos con criterios de hermeticidad, y la incorporación de sistemas de recuperación de vapores. Asimismo, la inclusión rigurosa de estas fuentes en los inventarios nacionales y corporativos permite identificar los puntos críticos de emisión, optimizar las medidas de control como la monitorización con sensores inteligentes y evaluar la eficacia de las medidas aplicadas para contribuir a la reducción de su impacto ambiental y a mejorar la salud pública.
| Tipo de fuente | Origen y descripción | Ejemplos principales | Impacto ambiental y observaciones |
|---|---|---|---|
| Fuentes naturales | Vegetación terrestre y marina.
Las plantas emiten compuestos orgánicos volátiles biogénicos (BVOC) durante sus procesos metabólicos. Incluyen hidrocarburos como isopreno y monoterpenos, además de alcoholes y carbonilos. |
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Representan cerca del 60% de las emisiones globales de compuestos orgánicos volátiles. Participan en la formación de ozono troposférico bajo alta radiación solar. |
| Quema de biomasa y procesos geoquímicos.
Aportes generados por incendios naturales, descomposición orgánica y reacciones químicas en suelos y océanos. |
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Contribuyen al aumento de gases reactivos en la atmósfera y al ciclo global del carbono. | |
| Sedimentos y descomposición orgánica fósil.
Liberación de gases desde depósitos naturales de petróleo y gas formados por descomposición de biomasa marina y terrestre atrapada durante millones de años. |
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Su influencia atmosférica depende de la actividad geológica y de las condiciones climáticas regionales. | |
| Fuentes antropogénicas | Actividades industriales y urbanas.
Los NMHC se generan principalmente por actividades humanas relacionadas con combustibles fósiles y el uso de disolventes. |
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En áreas urbanas, el tráfico rodado es la principal fuente. Emite compuestos aromáticos y parafínicos según el tipo de combustible y eficiencia de los motores. |
| Emisiones fugitivas y evaporativas.
Pérdidas no intencionadas de gases o vapores durante la producción, transporte o almacenamiento de hidrocarburos y productos químicos. |
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Fuente significativa de contaminación atmosférica. Contribuyen al deterioro de la calidad del aire y al incremento de gases de efecto invernaderoSi bien la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha ido aumentando de forma constante y acelerada en las últimas décadas, durante ... Leer más. Su control requiere monitorización continua y mantenimiento predictivo. |
Impacto ambiental y sanitario de los NMHC
Aunque poco conocidos, los NMHC desempeñan un papel clave en el desarrollo de la contaminación atmosférica tanto urbana como industrial. Su presencia en el aire no solo contribuye a la formación del ozono troposférico y partículas secundarias, sino que también representa un riesgo para la salud humana debido a su toxicidad y efectos a largo plazo. Analizar su impacto ambiental y sanitario permite comprender mejor la necesidad de un control riguroso de sus emisiones mediante la monitorización ambiental continua para facilitar una gestión sostenible de la calidad del aire.
Formación de ozono troposférico y esmog fotoquímico
Una vez liberados al aire, los NMHC experimentan una serie de reacciones químicas que determinan su persistencia y su impacto ambiental. La reacción más relevante es su oxidación en presencia de radicales hidroxilo (·OH), ozono (O3) o radicales nitrato (NO3), procesos que conducen a la formación de aldehídos, peróxidos orgánicos y otros productos intermedios altamente reactivos. Estas reacciones, en combinación con óxidos de nitrógeno (NOx), originan de forma indirecta ozono troposférico y otros oxidantes fotoquímicos, contribuyendo al desarrollo de los nocivos episodios de esmog tan frecuentes en ambientes urbanos e industriales.
En términos de dinámica atmosférica, los NMHC presentan tiempos de permanencia en el ambiente que oscilan entre horas y varios días, dependiendo de su estructura química y de las condiciones ambientales. Los compuestos ligeros, más volátiles y reactivos, se oxidan rápidamente, mientras que los aromáticos pesados pueden permanecer más tiempo en suspensión o depositarse sobre superficies, afectando, aparte de a los ecosistemas, a diferentes tipos de materiales.
Este conjunto de transformaciones convierte a los NMHC en agentes intermedios cruciales del ciclo del carbono reactivo atmosférico y en piezas centrales del puzle químico que define la calidad del aire por lo que requieren de un riguroso control ambiental.
Efectos en la salud humana
La exposición a los compuestos gaseosos que son los NMHC representa un riesgo notable para la salud humana, especialmente en aquellos entornos donde su concentración en el aire supera los niveles establecidos. Debido a su naturaleza reactiva y a la facilidad con la que se absorben por las vías respiratorias, los NMHC pueden provocar alteraciones agudas y crónicas del sistema respiratorio. Irritación de mucosas, tos, dificultad respiratoria y potenciación de enfermedades pulmonares preexistentes, como el asma o la bronquitis, son los efectos más inmediatos y nocivos de la exposición a concentraciones elevadas de NMHC en el aire.
En concreto, determinados hidrocarburos aromáticos, como el benceno, el tolueno y los xilenos, presentan además un reconocido potencial carcinógeno y neurotóxico. El benceno, en particular, está clasificado como sustancia cancerígena para humanos por organismos internacionales, asociado a la aparición de leucemias y otras alteraciones hematológicas. El tolueno y los xilenos, aunque menos potentes en este sentido, muestran efectos sobre el sistema nervioso central, causando cefaleas, fatiga o pérdida de la coordinación tras exposiciones prolongadas.
A largo plazo, la exposición continua a concentraciones subcríticas de NMHC puede contribuir al desarrollo de disfunciones sistémicas, alteraciones endocrinas y efectos bioacumulativos en tejidos grasos. Por su toxicidad y capacidad de interacción con otros contaminantes atmosféricos, los NMHC representan un complejo vector de riesgo sanitario que requiere no solo el control en su emisión, sino también una vigilancia epidemiológica activa vinculada a la monitorización de la calidad del aireControlar la calidad del aire es una tarea esencial para disfrutar de unas óptimas condiciones ambientales que favorezcan un saludable desarrollo humano y...
Leer más.
Efectos ecológicos y sobre el clima
Los NMHC juegan un papel relevante en los procesos oxidativos atmosféricos que alteran el equilibrio de los gases de efecto invernadero. Su interacción química con radicales y otros contaminantes contribuye a la formación y acumulación de ozono troposférico, un gas con capacidad de calentamiento a nivel local. Además, ciertos NMHC pueden actuar indirectamente en el ciclo del carbono y otros procesos atmosféricos que afectan el balance radiactivo terrestre y acaban influyendo en la dinámica climática tanto a nivel regional como global.
En el ámbito de los ecosistemas, dichas transformaciones químicas favorecen la generación de compuestos secundarios que alteran la calidad del aire, dañan la vegetación y modifican la composición de los ecosistemas. Por tanto, los NMHC contribuyen tanto a la degradación ambiental como al calentamiento climático, reafirmando la necesidad de controlar y monitorizar sus emisiones para mitigar los efectos adversos que causan en el ambiente y el clima.

La producción y transporte de energía es una de las principales fuentes de producción de hidrocarburos no metánicos.
Medición y monitoreo de hidrocarburos no metánicos
La medición y monitoreo de los hidrocarburos no metánicos es esencial para evaluar y controlar la calidad del aire en entornos urbanos e industriales. Su cuantificación precisa es indispensable pues estos compuestos orgánicos volátiles, aparte del metano, desempeñan un papel destacado en la formación de ozono troposférico, así como de otros contaminantes secundarios.
Métodos de análisis y normativa vigente
Los métodos de análisis de hidrocarburos no metánicos en el aire ambiente se basan en técnicas precisas y estandarizadas basadas en el muestreo automatizado y en el análisis instrumental para conseguir tanto su caracterización como su cuantificación.
Uno de los métodos instrumentales más utilizados es la detección por ionización de llama (FID), que mide con alta sensibilidad la concentración total de NMHC, excluyendo el metano. Para obtener información cualitativa y cuantitativa más detallada, se emplea la cromatografía de gases (GC) acoplada a detectores como el FID (GC-FID) o la espectrometría de masas; ambas son técnicas que permiten separar y analizar individualmente los distintos compuestos orgánicos volátiles presentes.
El muestreo mediante sistemas automáticos de monitorización que funcionan de manera continuada facilita la identificación de fuentes emisoras de NMHC, el monitoreo de su evolución temporal y el cumplimiento regulatorio.
En cuanto a la normativa vigente, están referenciadas normas internacionales y europeas como las EPA/600, EN 13526, CEN/TS 17660-1/-2 y UNE-EN 14662, que establecen los procedimientos, condiciones técnicas y criterios mínimos para garantizar la calidad y comparabilidad de los datos. Regulaciones que resultan esenciales para llevar a cabo una gestión ambiental efectiva, con la que se asegure la reducción de emisiones contaminantes y con ello, la protección de la salud pública.
Técnicas instrumentales y sensores
La caracterización instrumental de los NMHC ha evolucionado de manera relevante gracias a los avances desarrollados en la cromatografía de gases y con el desarrollo de sensores inteligentes. Avances que están marcando una nueva etapa en la monitorización ambiental y la gestión operativa de los NMHC.
La técnica GC-FID (cromatografía de gases con detector de ionización de llama) sigue siendo el estándar de referencia por su alta sensibilidad y selectividad para detectar la fracción no metánica, permitiendo identificar y cuantificar numerosos compuestos en laboratorios especializados. Por otro lado, los detectores de fotoionización (PID) aportan velocidad y versatilidad en campo, facilitando la detección rápida de los NMHC y otros compuestos orgánicos volátiles en áreas industriales o urbanas.
El despliegue de sensores portátiles, basados en tecnología de fotoionización y cromatografía avanzada, ha mejorado la flexibilidad y eficiencia de los procesos de monitorización in situ, permitiendo obtener datos relevantes para la toma de decisiones ambientales y el control de episodios contaminantes.
En este contexto, los sensores inteligentes como los desarrollados por Kunak destacan por su capacidad de medir de forma directa diversas fracciones específicas de los NMHC, gracias a disponer de cartuchos intercambiables, con calibraciones automatizadas y reporte de datos digital en plataformas en la nube. Es un enfoque tecnológico avanzado que permite optimizar la trazabilidad, además de reducir el coste operativo y facilitar la integración en redes multipunto para desplegar una vigilancia ambiental integral.
La incorporación de la conectividad inalámbrica y la alimentación energética solar en estos sistemas garantiza su funcionamiento autónomo incluso en zonas remotas, consolidándose como una herramienta imprescindible para alcanzar el cumplimiento normativo, la protección medioambiental y la mejora de la calidad de vida en entornos urbanos e industriales.
Soluciones de monitorización en tiempo real
En concreto, las estaciones Kunak AIR Pro ejemplifican la evolución tecnológica que han experimentado los sistemas de monitorización ambiental, al integrar precisión metrológica, conectividad avanzada y usabilidad en un único dispositivo. Se trata de un monitor profesional equipado con un cartucho inteligente específico para la detección de los NMHC, que además permite la sustitución rápida y sencilla sin necesidad de enviar el equipo a laboratorio, garantizando calibraciones automáticas y trazabilidad certificada para asegurar la fiabilidad de los datos.
El sistema desempeña una monitorización continua y un registro en tiempo real de los niveles ambientales de los parámetros medidos, adaptándose a entornos industriales, urbanos y aquellos requeridos en estudios científicos, gracias a su alta capacidad para medir simultáneamente gases y partículas. A su vez, al estar equipado con conectividad IoT, transmite datos en tiempo real a las plataformas digitales de Kunak AIR Cloud, facilitando el análisis de los datos, las alertas tempranas y la generación automática de informes.
Características que posicionan a Kunak AIR Pro como una referencia fundamental en el monitoreo profesional de los NMHC, contribuyendo al cumplimiento estricto de normativas ambientales y optimizando los procesos de gestión y control de la calidad del aire. La integración de tecnologías inteligentes y paneles solares para su funcionamiento autónomo posibilita su despliegue escalable y eficiente, incluso en las localizaciones más remotas.

En las subestaciones de electricidad se pueden emitir NMHC y, como químicamente resultan muy activos,, participan en reacciones fotoquímicas que contribuyen al carbono reactivo presente en la atmósfera.
Regulaciones y límites de concentración
El reconocimiento del impacto ambiental y sanitario que actualmente poseen los NMHC ha motivado la implementación de un marco regulatorio cada vez más estricto a nivel internacional. Este marco incluye estándares y valores guía que orientan la medición, control y reducción de las emisiones tanto en entornos industriales como urbanos. La regulación se basa en la evidencia científica ya que vincula directamente la concentración de NMHC y compuestos secundarios relacionados con los efectos adversos en la calidad del aire, la salud pública y el equilibrio climático. Por ello, tanto las instituciones europeas como agencias americanas y organismos globales han establecido directrices específicas para supervisar y limitar la presencia de estos compuestos en la atmósfera, alineando los esfuerzos normativos con los avances tecnológicos y la necesaria monitorización ambiental en tiempo real.
Legislación europea, EPA y OMS
En Europa, la Directiva 2008/50/CE sobre calidad del aire establece límites y valores objetivo para compuestos relacionados, como los hidrocarburos totales y el ozono, que incluyen las fracciones de NMHC.
Por su parte, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) en la Ley de Aire Limpio (Clean Air Act) define los estándares de calidad del aire para compuestos orgánicos volátiles totales (COVT) y ozono troposférico, reconociendo el papel precursor de los NMHC en su formación y toxicidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su versión más actualizada de la guía de calidad del aire, establece valores de exposición para el ozono, incorporando la evidencia de su impacto sobre la salud humana y el medioambiente. La guía no cuenta con un apartado específico para valores guía numéricos de los COV o COVT, aunque reconoce su importancia en la necesidad común de controlar los NMHC para proteger la salud pública y mitigar los eventos de contaminación fotoquímica que ocasionan en la atmósfera.
Estrategias de reducción y políticas públicas
La respuesta estratégica ante la problemática que suponen los NMHC en la atmósfera se fundamenta en establecer inventarios de emisiones precisos y planes integrales de calidad del aire, que identifiquen sus fuentes puntuales y difusas.
Las políticas públicas fomentan controles para emisiones industriales, reducción de escapes en procesos productivos, y estrategias de gestión urbana que minimizan fuentes móviles y actividades con alto potencial de emisión de NMHC. El control de emisiones difusas, vinculado a la volatilización de solventes y combustibles, es clave para reducir la carga total de NMHC en el ambiente.
En consecuencia, el desarrollo de tecnologías limpias, promoción de energías renovables y mejoras en la gestión de residuos complementan estas acciones de reducción de NMHC. La implementación de forma conjunta de estas políticas, reforzada con el monitoreo continuo y la evaluación, representa la vía más efectiva para conseguir una mejora sostenible en la calidad del aire y reducir el impacto de los NMHC a nivel regional y global.

Detectar fugas en oleoductos resulta fundamental para comprender las dinámicas del ozono troposférico y, en general, para la vigilancia de la contaminación atmosférica.
Relevancia de los NMHC en la calidad del aire urbano
Los NMHC son componentes críticos en la evaluación y gestión de la calidad del aire en entornos urbanos, donde la compleja mezcla de fuentes antropogénicas y naturales genera impactos significativos sobre la salud pública y el medio ambiente. Su presencia y concentración no solo reflejan la magnitud de la contaminación atmosférica sino que también permiten anticipar la formación de contaminantes secundarios nocivos como el ozono troposférico y las partículas finas. Por tanto, el análisis de NMHC se ha consolidado como una herramienta esencial en los sistemas integrados de monitoreo ambiental y en la definición de políticas urbanas e industriales orientadas a reducir los niveles de contaminación y mejorar la calidad de vida.
NMHC como indicador de contaminación
Los NMHC funcionan como indicadores sensibles de la contaminación atmosférica urbana debido a su alta reactividad química y su origen mayoritariamente antropogénico, derivado del tráfico vehicular, actividades industriales y consumo energético. Su concentración se correlaciona directamente con el Índice de Calidad del AireEl aire que respiramos es esencial para la vida. Una buena calidad de la atmósfera nos proporciona bienestar además de proteger nuestra salud. El Índice...
Leer más (ICA) o Air Quality Index (AQI), que integran múltiples parámetros para reflejar el riesgo sanitario asociado a la exposición a los NMHC. Así, la medición continua y precisa de los NMHC contribuye a definir alertas tempranas y evaluar la efectividad de las medidas de mitigación, ofreciendo un indicador clave para tomar decisiones acertadas en la gestión ambiental.
La importancia de las campañas de monitoreo de NMHC
Diversos estudios urbanos y rurales han ilustrado el papel fundamental de los NMHC en la caracterización de la contaminación atmosférica. En ciudades densamente pobladas, las estaciones de monitoreo equipadas con tecnología de sensores, como la provista por Kunak, han recopilado datos que evidencian la dinámica de estos compuestos en relación con otros contaminantes críticos como los óxidos de nitrógeno (NOx) y ozono (O3).
Estas campañas muestran una correlación clara entre picos de NMHC y episodios de formación de ozono fotoquímico, especialmente durante periodos de alta radiación solar. Además, los datos recolectados por las redes de sensores permiten diferenciar patrones estacionales y territoriales, facilitando la elaboración de estrategias localizadas y basadas en evidencia para la mejora continua de la calidad del aire.
Cómo contribuyen los NMHC a los modelos de predicción y salud ambiental
La integración de los NMHC en los modelos avanzados de dispersión y química atmosférica es fundamental para entender la dinámica y el impacto de estos compuestos en la calidad del aire y la salud pública. Los NMHC no solo actúan como precursores de contaminantes secundarios como el ozono troposférico, sino que su inclusión en los modelos permite mejorar la precisión de las predicciones de concentración y exposición en diferentes escenarios atmosféricos. Estos modelos, al combinar procesos físicos, químicos y meteorológicos, constituyen herramientas esenciales para anticipar episodios contaminantes, evaluar riesgos sanitarios y diseñar políticas ambientales más efectivas.
Integración en modelos de dispersión y química atmosférica
Modelos computacionales como el CMAQ (Community Multiscale Air Quality Modeling System), WRF-Chem (Weather Research and Forecasting with Chemistry) y CAMx (Comprehensive Air Quality Model with Extensions) integran las propiedades químicas y físicas de los NMHC para simular su comportamiento atmosférico.
Estos modelos, además, consideran variables meteorológicas, emisiones, reacciones químicas y transporte para representar con detalle la dispersión, transformación y destino de los NMHC en la atmósfera. La precisión en la representación de estos compuestos es crucial dado su papel en la formación de ozono y las partículas finas en suspensión, así como para estimar su persistencia variable según la estructura química. Su comprensiva visión y precisión hace que CMAQ, WRF-Chem y CAMx se hayan convertido en herramientas líderes para gestionar la contaminación del aire en escenarios urbanos e industriales.
Aplicaciones en políticas de salud pública y alertas tempranas
El uso de modelos computacionales que incluyen la presencia de los NMHC permite diseñar sistemas de alerta temprana más certeros ante posibles episodios de contaminación, facilitando la adopción de medidas preventivas y la protección de la población vulnerable. Las simulaciones basadas en estos modelos son utilizadas por agencias regulatorias para evaluar los impactos potenciales de emisiones nuevas o aumentadas, optimizar planes de calidad del aire y apoyar la elaboración de normativas que protejan la salud pública.
Además, la predicción detallada de la evolución de los niveles de ozono y otros oxidantes fotoquímicos, de los cuales los NMHC son precursores, contribuye a la planificación urbana sostenible y a reducir la incidencia de enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas con la contaminación atmosférica.

Las plantas de energía y calor combinados emiten una fracción esencial de los compuestos orgánicos volátiles que se encuentran en la atmósfera.
Preguntas frecuentes sobre los hidrocarburos no metánicos (NMHC)
¿Qué diferencia hay entre NMHC y COV?
Los NMHC son una categoría específica dentro de los COV que excluye el metano por la baja reactividad de este una vez presente en la atmósfera. Aunque ambos grupos son relevantes en la química atmosférica, los NMHC tienen un impacto más directo por su alta reactividad, lo que contribuye a la formación de contaminantes secundarios como el ozono troposférico y otros oxidantes del aire que empeoran la calidad del aire.
¿Cómo se miden los hidrocarburos no metánicos en el aire?
La medición de los NMHC resulta esencial porque contribuyen significativamente a la formación de ozono troposférico y otros contaminantes secundarios, afectando la calidad del aire y a la salud pública en entornos urbanos e industriales. Los métodos más empleados para su medición son:
| Monitorización automatizada con sensores | Detección por fotoionización de llama (FID) | Cromatografía de gases (GC) | |
|---|---|---|---|
| Principio | Sensores inteligentes con tecnología autónoma, calibración automática y transmisión a la nube. | Mide la concentración total de NMHC excluyendo el metano mediante ionización en llama. | Identificación y cuantificación individual de compuestos mediante separación cromatográfica y detección (FID o espectrometría de masas). |
| Precisión | Menor precisión, especialmente a bajas concentraciones; limitaciones en sensibilidad y selectividad. | Alta sensibilidad pero con menos selectividad para compuestos específicos. | Alta precisión y selectividad para componentes individuales. |
| Continuidad y tiempo real | Medición continua y automática, con eficiencia operativa y trazabilidad. | Alta rapidez; permite medidas rápidas pero requiere mantenimiento frecuente. | No continua ni en tiempo real; ciclos de análisis largos (15–60 min). |
| Sensibilidad a interferencias | Sensible a temperatura, humedad y presión; puede afectar la estabilidad y provocar deriva de señal. | Sensible a interferencias de gases y condiciones ambientales como la humedad. | Sensible a interferencias; requiere gases puros y condiciones controladas. |
| Mantenimiento y calibración | Requiere calibraciones frecuentes para mantener la fiabilidad; tecnología menos robusta. | Necesita mantenimiento frecuente y calibración periódica. | Calibración y mantenimiento complejos; requiere personal especializado. |
| Costes | Más económico; la energía solar reduce costes operativos y permite despliegues densos. | Elevado coste; consumo de gases combustibles y componentes delicados. | Muy elevado coste operativo y de infraestructura. |
| Datos y usos | Datos menos consistentes, útiles para identificar tendencias y emitir alertas generales. | Datos fiables sobre la cantidad total de NMHC con alta rapidez. | Datos detallados y específicos, adecuados para estudios científicos y cumplimiento normativo. |
¿Cuáles son las principales fuentes de NMHC?
Las fuentes antropogénicas de NMHC abarcan un amplio espectro de actividades humanas. Entre las más relevantes en el ámbito industrial se identifican:
- Transporte por carretera.
- Evaporación de combustibles.
- Pérdidas en procesos de refino y almacenamiento de hidrocarburos.
- Determinadas actividades industriales que emplean disolventes orgánicos.
Concretamente, en los entornos urbanos la principal fuente de emisión de NMHC procede del tráfico rodado, responsable de la emisión de compuestos aromáticos y parafínicos en proporciones variables según el tipo de combustible empleado y la eficiencia tecnológica que presenten los motores de los vehículos.
¿Por qué los NMHC son un problema ambiental?
Los NMHC son un factor esencial de la contaminación atmosférica urbana e industrial por reaccionar en el aire con radicales hidroxilo (·OH), ozono (O3) y radicales nitrato (NO3), generando productos intermedios reactivos (aldehídos, peróxidos). Estas reacciones, junto a los óxidos de nitrógeno (NOx), forman ozono troposférico y oxidantes fotoquímicos responsables del esmog urbano e industrial, que alteran los gases de efecto invernadero presentes y afectan a la dinámica climática regional y global.
Los NMHC pueden permanecer en el aire horas o días, dependiendo de su estructura química y de las condiciones ambientales. Mientras que los compuestos más ligeros se oxidan rápido, los aromáticos pesados pueden persistir y afectar finalmente a los ecosistemas y los materiales.
Está científicamente demostrada su condición tóxica y los riesgos a largo plazo para la salud humana por lo que es imprescindible su control ambiental riguroso mediante una monitorización ambiental continua que vigile su presencia como agentes centrales en el ciclo del carbono reactivo atmosférico con el fin de favorecer una gestión sostenible del aire.
¿Qué soluciones ofrece Kunak para medir NMHC?
Kunak AIR Pro es una estación de monitorización ambiental avanzada que integra precisión metrológica, conectividad IoT y facilidad de uso en un único dispositivo profesional. Está diseñada específicamente para la detección de hidrocarburos no metánicos (NMHC) mediante cartuchos inteligentes intercambiables, que permiten calibraciones automáticas sin necesidad de intervención en laboratorio. Es una solución integral para el monitoreo profesional de NMHC, combinando tecnología inteligente, eficiencia operativa y precisión científica para mejorar la gestión de la calidad del aire y apoyar la sostenibilidad ambiental.
Entre sus principales ventajas tecnológicas cuenta con:
- Medición simultánea de gases y partículas en tiempo real.
- Monitorización continua adaptada a entornos urbanos, industriales y científicos.
- Transmisión de datos a plataformas digitales (Kunak AIR Cloud) para análisis, alertas tempranas e informes automáticos.
- Trazabilidad certificada y alta fiabilidad de los datos.
Además Kunak AIR Pro ofrece notables ventajas operativas:
- Sustitución rápida de cartuchos sin interrupciones.
- Funcionamiento autónomo gracias a paneles solares.
- Despliegue escalable incluso en zonas remotas.
- Cumplimiento normativo ambiental optimizado.

Las emisiones urbanas generadas por los motores de combustión de los vehículos es una de las fuentes más importantes de emisión de hidrocarburos no metánicos a la atmósfera.
Impulsando la gestión ambiental de los NMHC con innovación y precisión
Los hidrocarburos no metánicos (NMHC) se han consolidado como compuestos críticos en el diagnóstico y control de la calidad del aire, dada su implicación directa en procesos fotoquímicos que generan ozono troposférico y material particulado secundario. Su influencia sobre la salud humana y el medio ambiente exige una vigilancia rigurosa y continua, alineada con los estándares regulatorios nacionales e internacionales, cada vez más estrictos, así como para fundamentar estrategias eficaces para el control y mitigación de la contaminación atmosférica.
En este escenario global, la adopción de tecnologías de vanguardia, como los sensores inteligentes Kunak, representa un avance decisivo para su control. Estas soluciones permiten una monitorización precisa, trazable y automatizada de los NMHC, integrando capacidades de calibración remota y generación de datos con validez científica. Así, se habilita una gestión ambiental robusta, transparente y adaptada a los desafíos de la contaminación atmosférica.
Los profesionales del medioambiente, responsables técnicos urbanos e industriales y autoridades reguladoras necesitan incorporar estas herramientas tecnológicas para fortalecer la vigilancia atmosférica, impulsar la protección de la salud pública y asegurar el cumplimiento normativo en un contexto mundial de creciente compromiso con la responsabilidad ambiental y social.




