Necesidad
El Ayuntamiento de Madrid buscaba mejorar la calidad del aire y adaptarse al cambio climático en la ciudad. Para ello, se embarcaron en el innovador proyecto «Calle 30 Natura«, que consistió en la instalación de jardines verticales de alta durabilidad y capacidad de absorción de agentes contaminantes a lo largo de 400 metros de la M-30. Este tramo es uno de los más transitados de España, con 1.1 millones de desplazamientos diarios, lo que lo convierte en un punto crítico de emisiones del tráfico rodado y contaminación acústica.
Con Calle 30 Natura, se actuó sobre 3,250 m² de la M-30, transformando muros de hormigón en jardines verticales con 23 especies vegetales resistentes y absorbentes de contaminantes. Además de embellecer la ciudad, el proyecto buscaba reducir emisiones del tráfico y la contaminación acústica, amortiguar la isla de calor y eliminar grafitis.