Necesidad
La llegada masiva de sargazo a las playas del Caribe, especialmente en la zona de Quintana Roo, ha generado una problemática ambiental y social creciente. Cuando el sargazo se acumula y comienza a descomponerse en la playa, libera compuestos gaseosos como el amoníaco (NH₃) y el sulfuro de hidrógeno (H₂S), responsables de malos olores y posibles riesgos para la salud.
Preocupados por los efectos negativos de estos gases sobre residentes, turistas y la biodiversidad marina, una investigadora del Instituto Politécnico Nacional, en colaboración con la Red de Vigilancia y Medición de Calidad del Aire del Caribe, contactó con Repmex, distribuidor de Kunak en México. El objetivo era obtener datos precisos y en tiempo real sobre la presencia y concentración de estos contaminantes, para identificar periodos de riesgo, evaluar el impacto en la población y fundamentar acciones de mitigación.
Además, era imprescindible contar con una red de monitorización robusta, capaz de operar de forma autónoma en entornos costeros, y que permitiera recopilar datos útiles, precisos y fiables para proteger tanto a las personas como a las especies que habitan el área afectada.