Insomnio, dolor de cabeza, mareos… El mal olor industrial, dependiendo de su frecuencia e intensidad, puede desencadenar diversos trastornos relacionados con la salud. La contaminación por malos olores es, de hecho, un motivo de queja habitual entre la gente que vive cerca de zonas fabriles.
Al fin y al cabo, el olfato es uno de los sentidos más sensibles y nos ayuda a detectar sustancias tóxicas o molestas que en muchas ocasiones se caracterizan por un olor molesto.
Ahora bien, ¿cómo se puede conciliar el bienestar de los vecinos con el mantenimiento de actividades industriales que liberan malos olores?
Sigue leyendo porque tenemos una solución para que esta contaminación invisible deje de ser motivo de discordia.
¿Cómo se mide el mal olor industrial?
La contaminación por mal olor de origen industrial surge, básicamente, por la presencia de sustancias químicas volátiles transportadas y diluidas en el aire.
Entre los gases que destacan por su hedor podemos encontrar, como ya describimos en nuestro artículo sobre contaminación por mal olor, el sulfuro de hidrógeno (H2S), el amoniaco (NH3), los compuestos orgánicos volátiles (COVs) o el dióxido de azufre (SO2).
No obstante, su mera presencia no lleva implícita la consideración de un olor como agradable o desagradable, una calificación que no deja de ser subjetiva.
En esta caracterización también son relevantes otros factores más o menos mensurables relacionados con los olores tales como:
- si se trata de un olor simple o compuesto;
- la cantidad de olor, definida como la intensidad de un olor simple o compuesto para ser percibido;
- la concentración de olor mínima necesaria para ser detectada;
- el umbral de percepción de un compuesto que puede ser detectado por el olfato;
- el umbral de exposición, que relaciona la concentración y el tiempo de exposición con la aparición de molestias;
- Valor límite de exposición a corto término (VLE), establecido en 15 minutos;
- Valor límite de exposición media (VME) para una duración de 8 horas, y
- unidad de olor europea, que se define como la cantidad de sustancias odoríferas que, cuando se evaporan en 1 m3 de un gas neutro en condiciones normales, originan una respuesta fisiológica. Con respecto a este último concepto, comentar que Kunak está capacitándose para poder ofrecer unidades de olor en un futuro próximo.
Respuesta humana a concentraciones crecientes de H2S.
Fuente: Guía técnica para la gestión de las emisiones odoríferas generadas por las explotaciones ganaderas intensivas
¿Qué actividades industriales son potencialmente generadoras de contaminación odorífera?
Ahora que hemos visto someramente qué conceptos conviene considerar para monitorizar y caracterizar el mal olor industrial, veamos en qué actividades es más habitual la liberación de estos gases y partículas de ingrata inhalación.
Las industrias con más posibilidades de generar mal olor son:
- Industria agroalimentaria (mataderos, empresas azucareras, producción de cerveza, etc.)
- Industria química (refinerías, plantas de producción de amoniaco y fertilizantes, etc.)
- Industrial del papel
- Textil y calzado
- Explotaciones ganaderas
- Estaciones depuradoras de aguas residuales (EDARs)
A modo de ejemplo de los problemas olfativos que ocasionan distintas actividades industriales, mencionar el caso del barrio de Lakua en Vitoria-Gasteiz, afectado por el funcionamiento de una industria oleoquímica, o los inconvenientes sufridos por los habitantes de Badajoz durante el verano de 2022 debido a la quema de purines en una explotación porcina portuguesa.
¿Cómo hacer visible la contaminación por malos olores?
La solución que te ofrecemos es muy sencilla: confiar en nuestro sistema de monitorización ambiental Kunak AIR, tanto en su versión Pro como Lite, para la monitorización del mal olor industrial.
Nuestras estaciones basadas en sensores pueden ser equipadas con cartuchos plug & play capaces de detectar:
*La resolución señalada hace referencia a la unidad de medida más pequeña que puede indicar el sensor
Como puedes comprobar, los cartuchos de H2S y COVs cuentan con dos versiones diferentes que se apoyan en nuestro algoritmo y que ofrecen mediciones precisas para concentraciones bajas (tipo A de bajo rango) y concentraciones más elevadas (tipo B de alto rango).
Asimismo, tanto el Kunak AIR Pro como el Kunak AIR Lite pueden complementarse con un anemómetro para medir la velocidad y dirección del viento, una variable fundamental cuando hablamos de reducir los inconvenientes a la población y de detectar la procedencia de la contaminación del aire.
¿Cuál es la principal ventaja que aporta la solución de Kunak? Dotar a la empresa de un sistema de monitorización continuo y en tiempo real capaz de detectar:
- episodios puntuales de contaminación odorífera asociados a operaciones concretas, y
- variables atmosféricas que pueden exacerbar las molestias olfativas.
¿Por qué conviene monitorizar el mal olor industrial?
En primer lugar, hay que dejar claro que más allá de las operaciones de vigilancia y control que puedan imponer las licencias ambientales particulares o las normativas vigentes relacionadas con la calidad del aire o la prevención y control de la contaminación, países como España carecen de leyes específicas que traten la problemática de las emisiones de olor.
No obstante, la falta de legislación no es excusa para no acometer la adopción de medidas orientadas a minimizar los problemas ambientales. Al fin y al cabo, que una empresa sea motivo de conflicto constante no es la mejor carta de presentación.
En este sentido, comentar que existen guías que pueden servir como referencia para la adopción de medidas orientadas a reducir los problemas del mal olor industrial, además de las experiencias de países y regiones que están trabajando en su normalización, como pueden ser Chile y Cataluña.
El mal olor industrial es, en resumen, una cuestión que puede originar problemas de convivencia entre las empresas y la gente. Su regulación sigue siendo una de las grandes olvidadas en muchas legislaciones, pero parece que la administración comienza a moverse poco a poco para solventar esta atípica situación. Y sí, la monitorización del mal olor en depuradoras de aguas residuales o la industria papelera es una de esas medidas que contribuyen a allanar el camino.
“Un componente principal de la regulación es la monitorización, ya que sólo a través de la medición continua somos capaces de ver el volumen de las emisiones antes de la introducción de las restricciones y utilizar las lecturas pasadas como un criterio para el rendimiento futuro” (Envirotech Online, 19/01/2022)